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Qué está pasando con la inflación

José Antonio Muñoz López

Economista

Sobre mi

Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Málaga. Ha sido profesor del Departamento de Teoría e Historia Económica de la Universidad de Málaga. En la actualidad dirige el Área Empresarial de Analistas Económicos de Andalucía y la Dirección Técnica Central de Balances de Andalucía.

El aumento de los precios energéticos, los desajustes entre la oferta y la demanda, así como los cambios de hábitos de consumo de los hogares han impulsado los precios al alza

29 Sep 2022

5 Min de lectura

La inflación es el crecimiento generalizado y continuado de los precios de los bienes y servicios de una economía. El control de la inflación es uno de los objetivos prioritarios de las autoridades monetarias, fijándose en el caso de la Zona Euro, a la que pertenece España, en una tasa anual del 2%, nivel que se considera adecuado para un correcto funcionamiento de la economía.

 

Las tasas de inflación se han elevado con intensidad en la mayoría de los países desde mediados de 2021. Inicialmente, los aumentos de precios se concentraron en pocos sectores, fundamentalmente los energéticos y aquellos que venían sufriendo problemas como consecuencia de la pandemia. En una segunda etapa, los sectores afectados se han ido ampliando, afectando tanto a sectores que producen bienes con una mayor volatilidad en los precios, caso de los agrícolas, como a aquellos con precios más rígidos, caso de los servicios. La consecuencia de esta evolución es que la mayoría de las economías han pasado de una situación con tasas de inflación reducidas y estables a tasas elevadas y volátiles.

 

El empuje de los precios se ha ido generalizando a los distintos componentes de la cesta de la compra, recogiendo los efectos de un incremento intenso y persistente de los costes de producción, así como los desajustes entre la oferta y la demanda propiciados por la rápida recuperación de la demanda. Igualmente, según señala el BCE, también han contribuido al incremento de los precios los cambios de hábitos observados en el consumo de los hogares, con un mayor gasto en equipamiento y conservación de la vivienda, y en actividades de ocio y restauración.

 

También juegan un papel relevante en los procesos inflacionarios las expectativas de los agentes económicos. Las previsiones de la evolución de la inflación marcan el comportamiento de los agentes y pueden producir una realimentación entre los precios y los salarios ocasionando los denominados “efectos de segunda vuelta”. En cualquier caso, una respuesta relativamente contenida de los salarios y de los márgenes empresariales a las presiones inflacionistas actuales será fundamental para evitar la aparición de efectos de segunda vuelta significativos y, con ello, la prolongación del actual escenario inflacionista.

 

Consecuencias de la inflación elevada

 

Una de las consecuencias que están provocando las elevadas tasas de inflación es la subida los tipos de interés por parte de los bancos centrales de todo el mundo, una tendencia que probablemente continuará mientras persistan las presiones inflacionistas. No obstante, estas acciones no tendrán efectos inmediatos sobre los niveles de inflación.

 

Estas subidas de tipos tienen efectos dispares sobre los agentes económicos, afectando a las decisiones de consumo e inversión de los hogares y las empresas. Entre los beneficiados de las subidas de tipos se pueden contabilizar los ahorradores, que verán subir la remuneración de sus ahorros. Por el contrario, la subida de los tipos de interés tendrá un efecto negativo sobre el crecimiento de las economías al reducir la inversión de las empresas, de los hogares y del sector público. En el caso concreto del mercado de la vivienda, la subida de los costes de financiación tiene un impacto negativo sobre la inversión en vivienda.

 

También, entre los perjudicados por la inflación, se encuentran los trabajadores que no puedan recibir incrementos salariales acordes con las tasas de inflación. Además, si se trasladan los incrementos de precios a los salarios se produciría una pérdida de competitividad de nuestras empresas y, a medio plazo, un escenario económico de estancamiento con inflación.

 

Junto a la política monetaria, también, desde el lado de la oferta, se pueden implementar medidas que favorezcan la reducción de la inflación, caso de, según señala el Banco Mundial, aumentar la oferta mundial de productos básicos, especialmente en lo que se refiere al suministro de alimentos y energía, y fortalecer las redes del comercio mundial.

 

 

Previsión de la evolución de la inflación

 

La permanencia en el tiempo de estos incrementos en los componentes más estables de la inflación es incierta. Dependerá, en buena medida, de la evolución del conflicto en Ucrania, por sus efectos directos sobre el precio de las materias primas en los mercados internacionales y su transmisión al resto de los precios que componen el IPC. Además, tanto la mayor incertidumbre macroeconómica y geopolítica como la notable pérdida de poder adquisitivo que está ocasionando la inflación tenderán a moderar la demanda agregada y el dinamismo de los precios.

 

No obstante, las previsiones de los principales organismos vaticinan que las tensiones inflacionistas se mantendrán más tiempo del esperado inicialmente y hasta 2024 no se prevé que se recuperen los niveles deseados en la Zona Euro, que es una tasa de inflación anual del 2%. En este sentido, las previsiones de FUNCAS para España cifran la tasa de inflación para 2022 en torno al 9,1% y para 2023 en el 4,8%. 

 

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