Es frecuente en el lenguaje de las finanzas y la banca que una misma palabra tenga significados diferentes según el contexto en el que se utilicen. Ya vimos en una entrada anterior que aunque "crédito" y "préstamo" son términos prácticamente equivalentes existen diferencias cuando nos referimos a ellos como productos financieros. Hoy nos vamos a referir a otros dos productos financieros, a un denominado seguro que no es un seguro y a un denominado crédito que no es un crédito. Y ambos productos son muy importantes en las empresas españolas en el ámbito del comercio exterior. Más que importantes, podríamos afirmar que son vitales. Veamos por qué.
España exporta aproximadamente el equivalente a un 35% del PIB. E importa aproximadamente el equivalente a un 32% del PIB. En cifras monetarias estamos hablando, con datos de 2019, de exportaciones por más de 434.000 millones de euros e importaciones por casi 400.000 millones.
Gran parte de estas exportaciones e importaciones tienen destino u origen en países de la zona euro. He aquí una enorme ventaja de la moneda única europea. Podemos comprar, vender y viajar por los mejores países del mundo sin necesidad de cambiar de moneda. Cuando leamos a los euroescépticos tengamos en cuenta también estas cuestiones.
El crédito documentario
Pensemos en la gran cantidad de cosas que todos tenemos "Made in China". Cuando nuestras empresas importan de China, por ejemplo, la principal preocupación del empresario será estar seguro de que va a recibir lo que realmente ha solicitado y pagar por ello.
Si nos ponemos en el papel del exportador chino, su principal preocupación es la de estar seguro de que va a recibir el dinero desde España.
¿Cómo se consiguen resolver estos problemas? Pues mediante el producto denominado crédito documentario, que básicamente consiste en delegar en los bancos parte de los trámites, el importador español en su banco y el exportador extranjero en el suyo. Los bancos siempre han aportado confianza y seguridad en las transacciones económicas aunque hayan pasado también por malos momentos reputacionales.
Así, vemos que un crédito documentario no es un crédito, sino un medio de pago cuyo funcionamiento se asemeja a un aval y que supone una garantía de cobro para el exportador y de recepción correcta de la mercancía para el importador.
El portal de educación financiera Edufinet describe al crédito documentario de la siguiente forma: "Un medio de pago por el que un banco, por orden del importador, se compromete de forma irrevocable a poner a disposición del exportador el importe convenido en factura, condicionándolo al cumplimiento fiel y exacto de las condiciones recogidas en el texto del crédito. Se asemeja a la figura del aval, suponiendo una garantía de cobro para el exportador que cumpla en tiempo y forma con el condicionado recogido en el crédito documentario. El importador, por su parte, tiene la certeza, a través de los documentos recibidos, de que va a recibir la mercancía en el plazo y la forma convenidos".
El seguro de cambio
Ahora pasemos del importador de China al exportador, por ejemplo, a Estados Unidos o Reino Unido. Un fabricante español trabaja con unos precios y una estructura de costes denominados en euros. Finalmente obtiene unos beneficios igualmente en euros. En el tráfico mercantil lo normal no es cobrar al contado, lo usual es comprar y vender a plazos. Un exportador español, por tanto, no puede estar expuesto a que una variación en el tipo de cambio del dólar o la libra esterlina le haga perder dinero con la operación de venta.
¿Cómo se resuelve este problema? Pues mediante el producto denominado seguro de cambio. Que no tiene nada que ver con los seguros que todos conocemos y tenemos para el coche, la moto, la casa, etc.
Mediante un seguro de cambio la empresa exportadora o importadora cierra ahora el tipo de cambio de las monedas para el momento futuro del cobro o pago. Es decir, elimina el riesgo de tipo de cambio y conoce, desde ya, cuanto valdrá el dólar o la libra esterlina en el momento del cobro o pago. Es decir, podrá cerrar el precio adecuado para obtener el beneficio requerido sin miedo al futuro.
Como nos podemos imaginar, dada la apertura al mundo global de nuestra economía y nuestras empresas, los productos destinados al comercio exterior tienen una gran importancia en el día a día de los bancos y las empresas. La banca, como cualquier empresa, siempre busca atender las necesidades de sus clientes. Poder comerciar con tranquilidad y confianza con países lejanos es algo realmente valioso.
La denominación de los productos financieros no es relevante, sí merece la pena conocer para qué sirven y cómo mejoran nuestro bienestar gracias a permitir el acceso a bienes que necesitamos, desde nuestra vivienda habitual gracias a las hipotecas hasta el teléfono móvil gracias al comercio internacional. Y para que ese teléfono móvil llegue a nuestras manos, probablemente ha habido de por medio un crédito documentario y/o un seguro de cambio, pues en el comercio exterior, como habréis podido ver, también es conveniente contar con garantías…