Las casas de monedas son testigo de una parte esencial de la historia de nuestro país y un reflejo del desarrollo del sistema monetario español. Muchas de estas instituciones se ubicaron en edificios históricos, considerados hoy auténticas joyas arquitectónicas. Te proponemos un recorrido por algunos de los más emblemáticos.
Antes de adentrarnos en el valor histórico de estos inmuebles, es preciso saber que, en la actualidad, la única entidad que emite monedas y billetes en el territorio nacional es la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda (FNMT-RCM). No obstante, en España, existieron varias casas de monedas -también llamadas cecas- estatales y privadas, que daban servicio a todo el territorio nacional. Todas ellas desaparecieron, excepto la de Madrid, cuando el sistema monetario decidió hacer de la peseta la moneda nacional.
La casa de la moneda de Segovia, la de Sevilla, la de Barcelona, etc. fueron verdaderas instituciones durante siglos en nuestro país y jugaron un papel muy importante como centros de recepción de metales preciosos procedentes de América, que después serían convertidos en monedas. En la actualidad, aún se conservan algunas de las planchas y los hornos destinados a la fundición de las mismas.
Casa de la Moneda de Madrid
A lo largo de la historia, la Casa de la Moneda de Madrid ha tenido varios emplazamientos. El primero de ellos fue el de la calle Segovia, sin embargo el edificio se quedó pronto pequeño, y la institución se trasladó a un inmueble en la Plaza de Colón.
La Fábrica Nacional de Moneda y Timbre nació en 1893 con la unión de la Casa de la Moneda y la Fábrica del Sello. Ambos organismos, aunque funcionaban de manera independiente, compartían desde 1861 el edificio de Colón. A medida que la actividad del recinto comenzó a cobrar importancia, las instalaciones comenzaron a ser insuficientes para acoger toda la producción y se optó por buscar una ubicación más adecuada.
La nueva Real Casa de la Moneda y Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se trasladó a la madrileña calle de Jorge Juan nº106 y fue inaugurada en julio de 1961. En la actualidad, la Fábrica mantiene dos factorías, en Madrid y en Burgos, donde se fabrica el papel para la impresión de documentos de seguridad, como billetes, pasaportes, etc., y el papel de algodón con el que se elaboran los billetes.
Por su parte, el viejo edificio de la plaza de Colón fue demolido en 1970 y en su lugar hoy en día pueden verse los Jardines del Descubrimiento y el Centro Cultural de la Villa.
El edificio actual de la calle Jorge Juan alberga además el Museo de la Casa de la Moneda, que cuenta con la mayor colección numismática de España y una de las más valiosas de Europa, así como la Fundación Casa de la Moneda, cuyo objetivo es la divulgación cultural. Ambas instituciones se encuentran anexas a la FNMT-RCM.
El Museo Casa de la Moneda de Madrid está considerado uno de los más importantes del mundo en su género por la riqueza de sus colecciones y el desarrollo científico en el ámbito de la cultura y la investigación. Sus orígenes se remontan al siglo XVIII. En sus salas se puede recorrer la historia de la moneda desde sus inicios, desde las primeras acuñaciones del s.VII a.C, hasta llegar a las emisiones del Gobierno provisional, que estableció la peseta como unidad del sistema monetario español.
El museo también reúne todas las emisiones de sellos de Correos españoles impresos desde su creación en 1850, además de los elementos empleados en su fabricación.
Un recorrido por las antiguas casas de monedas españolas
Si estamos de visita en Segovia, merece una parada obligatoria la Real Casa de la Moneda, un edificio del siglo XVI, que se encuentra ubicado en un espacio de incomparable belleza, en el Valle del Eresma –declarado Paraje Pintoresco en 1947, y que está considerado como una de las muestras de arquitectura industrial más antiguas de Europa-. Su ubicación responde a los deseos del entonces monarca Felipe II, en 1583, que la eligió por su privilegiada situación geográfica. El diseño del edificio es obra de Juan de Herrera, uno de los arquitectos más influyentes de la historia de España.
La Real Casa de la Moneda de Segovia fue la más grande de su época. A lo largo de los años, la estructura del edificio se fue modificando, añadiéndose diferentes elementos arquitectónicos. Tras la centralización de la fabricación de monedas en Madrid, el edificio se vendió y se destinó a otro uso: la fabricación de harina. Actualmente, el conjunto arquitectónico puede ser visitado de miércoles a domingo.
En el conocido barrio de El Born aún se encuentra el edificio que albergó la antigua Casa de la Moneda de Barcelona entre los años 1441 y 1868. En esta institución, más conocida por los habitantes de la ciudad como la Seca (del árabe sekka, casa donde se fabrica moneda) se acuñaron monedas españolas y también francesas. A lo largo de la historia, el inmueble ha tenido varios usos. En el año 2010, tras 20 años de abandono, el Ayuntamiento rehabilitó el edificio que actualmente es la sede del centro cultural Escenari Joan Brissa.
Y a casi 1.000 kilómetros de la Seca, en pleno barrio de El Arenal, se ubica el edificio que acogió la Real Casa de la Moneda de Sevilla, una obra arquitectónica de gran valor monumental, cuya construcción comenzó en el siglo XII y que durante los siglos posteriores sufrió diversas modificaciones.
En los siglos de pleno apogeo trabajaban más de 200 empleados que se encargaban de alimentar los hornos y tener en funcionamiento la fundición del oro y de la plata que provenían de las Indias. Uno de sus elementos más valiosos es su portada, diseñada en 1761 por Sebastián Var der Borcht, arquitecto que también diseñó el palco real de la plaza de toros de La Maestranza.
La fábrica dejó de funcionar en el siglo XIX como tal. A partir de ese momento, sus instalaciones se fueron abandonando hasta llegar a un estado de ruina. Actualmente, el edificio se ha restaurado y se ha destinado a uso residencial y profesional.
Conocer la historia de las casas de monedas nos permite adentrarnos en los orígenes de la moneda en España, desde la antigüedad hasta nuestros días, y en sus distintas formas de producción. Un fascinante viaje a través de la crónica de nuestro país.