Los índices bursátiles de sostenibilidad son indicadores que incluyen y miden el desempeño financiero de compañías no sólo atendiendo a factores económicos, como capitalización bursátil, sino también atendiendo a sus buenas prácticas en el ámbito del gobierno corporativo, medioambiental y social de tal manera que excluyen aquellas compañías que tienen un impacto social o ambiental negativo.
Generalmente estos índices tratan de mantener pesos sectoriales o regionales similares a los índices de referencia más amplios con el objetivo de ser representativos del mercado. Son varias las utilidades que presentan los índices bursátiles sostenibles:
- Como referencia en la creación de productos financieros, tanto de fondos de inversión o ETF, centrados en inversiones sostenibles.
- Como fuente de información para identificar aquellas compañías socialmente responsables y respetuosas con el medio ambiente.
- Como fuente de información transparente en la evolución global de los estándares ESG (con incidencia positiva en el medio ambiente, la esfera social y el gobierno corporativo).
- Como referencias para comparar resultados de carteras de inversión sostenibles.
Cuáles son los índices bursátiles de sostenibilidad
El origen de los índices bursátiles sostenibles lo encontramos con el lanzamiento en 1990 del Domini 400 Social Index (hoy denominado MSCI KLD 400 Social Index), una de las primeras referencias y de las más importantes en cuanto a aspectos ESG. Se creó con el objetivo de ayudar a aquellos inversores que querían incorporar factores sociales y medioambientales a sus decisiones de inversión. Este índice proporciona exposición a 400 valores del mercado americano seleccionados del MSCI USA IMI Index, partiendo de un universo de inversión de 3.000 acciones, e incluye compañías de alta, media y pequeña capitalización. Se excluyen del mismo empresas involucradas en actividades controvertidas como tabaco, armas, etc. El índice se calcula utilizando la capitalización bursátil ajustada por el free float (proporción de acciones disponibles para la negociación pública en los mercados de valores) y las revisiones se realizan trimestralmente.
Posteriormente, en 1999, RobecoSAM y Dow Jones Indexes crean la familia de índices de sostenibilidad Dow Jones Sustainability Indices (DJSI), siendo éstos de los más reconocidos, con el fin, así mismo, de realizar un seguimiento del éxito financiero de las empresas líderes en sostenibilidad. Se basa en las puntuaciones ESG proporcionadas por la compañía de gestión y análisis sostenible RobecoSAM evaluando factores como el gobierno corporativo, la gestión del riesgo realizada por la compañía, marca, mitigación del cambio climático, estándares en la cadena de suministro y prácticas laborales llevadas a cabo por las empresas.
Dentro de esta familia de índices se puede encontrar un índice global, DJSI World, como principal referencia. Parte del universo compuesto por las 2.500 compañías del índice Dow Jones Global Total Stock Market Index (DJGTSMI) al que se aplican los filtros ESG para obtener una composición de unas 300 compañías basadas en capitalización bursátil ajustadas por el free float de cada una. Las revisiones del índice se realizan anualmente, con actualizaciones trimestrales para algunos subíndices.
También ofrecen una referencia para el mercado europeo, con el DJSI Europe Index, que representa el 20% de las 600 compañías europeas líderes en términos de sostenibilidad que se encuentran dentro del índice DJGTSMI comentado anteriormente.
Otra de las referencias más importantes a nivel de índice bursátil de sostenibilidad es el FTSE 4Goods, que se lanzó en julio de 2001 e incorpora a empresas cotizadas de todo el mundo que cumplan con los requisitos en términos de prácticas de responsabilidad social corporativa en medio ambiente, relaciones con los accionistas y derechos humanos. Fue creado con la colaboración de UNICEF y emplea información que proporciona EIRIS, el Ethical Investment Research Service, organización fundada por entidades religiosas y caritativas para investigar las políticas sociales éticas y medioambientales de las empresas y sus avances. Al igual que en los casos anteriores, el índice se calcula utilizando la capitalización bursátil ajustada por free float y las revisiones se realizan semestralmente.
Inversión sostenible: interés creciente y regulación
Pero a partir de 2015, cuando la ONU adoptó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la inversión sostenible se generalizó y la gran mayoría de inversores empezaron a estar cada vez más interesados en inversiones que contribuyen al logro de esos objetivos como a generar rendimientos financieros.
Si pensamos en la tendencia del mercado de las inversiones sostenibles debemos diferenciar según la posición de cada agente de mercado.
Así, por parte de las autoridades se establece la normativa:
- Reglamento de Taxonomía. Responde a la necesidad de establecer un sistema de clasificación unificado en la UE para tratar las inversiones sostenibles ambientalmente en base a criterios uniformes y estándares comunes.
- Reglamento sobre Divulgación (Directiva CSRD). Regulación europea que busca mejorar la transparencia y calidad de la información que las empresas deben proporcionar sobre su sostenibilidad. Reemplaza a la Directiva de Información No Financiera (NFRD) y exige a las empresas que publiquen informes anuales de sostenibilidad. Estos informes, además, detallarán su impacto en áreas como el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza (ESG).
- Reglamento de Índices. Esta iniciativa introduce normas mínimas para ayudar a los administradores de índices de referencia a elaborar los "índices de referencia de transición climática de la UE" y los "índices de referencia de la UE armonizados con el Acuerdo de París". Se trata de etiquetas creadas para ayudar a los inversores que quieran adoptar una estrategia de inversión de bajo impacto carbónico. Los objetivos de este reglamento son 3: mejorar la transparencia y comparabilidad, reasignar el capital a inversiones respetuosas con el clima y evitar asignaciones engañosas (lo que se conoce como blanqueo ecológico).
Con relación a esto, la UE propone la creación de dos nuevos índices: EU Climate Transition Benchmark (EU CTB), que busca reducir la huella de carbono de una cartera, y EU Paris-aligned Benchmark (EU PAB), busca alcanzar el objetivo de 2ºC en el Acuerdo de París sobre el clima. Mientras que conceptualmente ambos índices están relacionados con el Acuerdo de París, su principal diferencia radica en el nivel de ambición y restricción que ambos imponen.
Inversión para combatir el cambio climático y la huella de carbono
No obstante, toda la normativa desarrollada hasta el momento tiene un marcado sesgo medioambiental ya que es consenso a nivel internacional la alarmante progresión del cambio climático y la necesidad de dirigir una mayor cantidad de flujos de capital privado a medidas que lo combatan.
La tendencia por parte de los inversores se encamina a conocer el impacto ambiental y social de sus carteras, es decir, conocer y cuantificar el efecto de sus decisiones de inversión. No sólo se trata de buscar aquellas empresas con mejor puntuación de sostenibilidad, sino conocer con exactitud la magnitud de las emisiones de gases con efecto invernadero (GHC), el consumo de energía, el uso de agua y generación de residuos de cada compañía que hay en cartera para poder establecer la huella ambiental global de las posiciones. Esta información se utiliza para ajustar las ponderaciones empresariales de la cartera y maximizar los impactos positivos, o limitar los negativos, en la cartera de inversión.
Con el objetivo de ayudar a los inversores a evaluar la exposición de una cartera al riesgo de carbono, Morningstar lanzó en 2018 el Morningstar Portfolio Carbon Risk Score que no sólo tiene en cuenta la huella de carbono de una compañía, intensidad de carbono basada en las emisiones directas e indirectas, sino que incorpora medidas de la gestión de dichas emisiones o riesgo de carbono, es decir, si éstas están reduciendo las emisiones de carbono de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París, bien en sus propias operaciones, bien mediante el desarrollo de soluciones de carbono.
Esta información se incorpora en la Puntuación de Riesgo de Carbono (o Carbon Risk Score) de un fondo de inversión.
Por último, una mayor consideración de la sostenibilidad en las inversiones ha dado lugar a un aumento del número de índices especializados, creándose índices para sectores específicos, como el de las energías renovables, por ejemplo, y temáticas emergentes, como la igualdad de género o economía circular.
Además, los índices bursátiles de sostenibilidad están haciendo un mayor escrutinio sobre el greenwashing, endureciendo los criterios para evitar que empresas poco comprometidas se beneficien del prestigio ESG sin verdadera vocación.