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Fondos de inversión: todo lo que necesitas saber

UniBlog

El binomio rentabilidad/riesgo es un elemento crítico a tener en cuenta en los fondos de inversión ya que, como en cualquier inversión, el riesgo y la rentabilidad se mueven en la misma dirección

15 Dec 2022

7 Min de lectura

Si estás pensando en invertir y has escuchado hablar de los fondos de inversión, pero al pensar en ellos se te hace un mundo…, no te agobies; en este artículo vamos a facilitarte toda la información para que puedas valorar con un mínimo de conocimiento.

 

Empezamos por lo principal: ¿Qué es un fondo de inversión? Es una institución de inversión colectiva (IIC), sin personalidad jurídica, que consiste en un patrimonio formado por las aportaciones de un número variable de inversores (denominados partícipes) que se gestiona e invierte en activos financieros o no financieros con el objetivo de generar un rendimiento para el inversor.

 

Los fondos de inversión, al carecer de personalidad jurídica, necesitan para el desarrollo de su actividad la intervención de una sociedad gestora (encargada de adoptar las decisiones de inversión, administración y representación del fondo y cuya designación es obligatoria) y de una entidad depositaria (responsable de la administración y custodia de los activos que integran su patrimonio). La gestora puede ser independiente o formar parte del grupo de una entidad financiera.

 

Los fondos de inversión pueden invertir en una amplia variedad de activos. Los activos en los que invierte pueden ser financieros, como los bonos, acciones, derivados, divisas, así como productos no financieros, tales como bienes inmuebles o materias primas.

 

Para el inversor, los fondos de inversión tienen una serie de ventajas, como la fiscalidad, pues los traspasos de fondos de inversión tienen efectos fiscales en el IRPF, por lo que es un producto financiero por el que no se tributa hasta que se haya producido el reembolso definitivo.

 

¿Cómo funcionan los fondos de inversión?

 

Para invertir en fondos de inversión, una persona debe adquirir una parte del fondo. Es lo que se conoce como participación. Esta es cada una de las partes iguales en las que se divide el patrimonio gestionado por el fondo. Las participaciones tienen un precio, llamado valor liquidativo. Este precio lo calcula la gestora, dividiendo el valor del patrimonio del fondo entre el número de participaciones. De esta manera, el precio de las participaciones aumenta o disminuye todos los días, en función de la valoración de cierre de la cartera de activos del fondo.

 

La gestora es la que invierte de forma conjunta esas aportaciones en diferentes activos financieros (renta fija, renta variable, derivados o cualquier combinación de éstos, etc.) o no financieros, siguiendo unas pautas fijadas de antemano. Así, cada partícipe es propietario de una parte del patrimonio del fondo, en proporción al valor de sus aportaciones. Los incrementos o disminuciones del valor del patrimonio se atribuyen proporcionalmente a los partícipes.

 

Los fondos están supervisados por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) y regulados por una normativa que establece los límites a la forma en que la sociedad gestora puede invertir el dinero, con el fin de asegurar un nivel mínimo de diversificación, liquidez y transparencia.

 

Tanto el tipo de activos en los que invierte (política de inversión) como el resto de las características del fondo (comisiones, posibilidad de sacar el dinero, riesgo que se asume, horizonte temporal...), están recogidas en un documento llamado folleto informativo y en el resumen del  mismo, en el que se recogen los Datos Fundamentales para el Inversor (DFI).

 

Fondos de inversión: conceptos y tipos

 

Para poder comprender bien la filosofía de los fondos de inversión, es importante conocer los principales conceptos sobre este tipo de producto. Algunos de estos conceptos que debes conocer sobre la operativa de los fondos son:

  • Suscripción: Se refiere a la compra de participaciones del fondo.
  • Reembolso:  En este caso, es la venta de participaciones del fondo.
  • Traspaso: Se produce cuando el partícipe ordena el traslado de la inversión efectuada en un fondo de inversión a otro fondo distinto, sin que en ningún momento el importe derivado del reembolso quede a disposición del inversor.

 

Una vez que nos hemos decidido a invertir en un fondo, debemos conocer los distintos fondos de inversión y sus características para poder llevar a cabo una inversión beneficiosa de nuestro dinero. Los diferentes fondos de inversión pueden clasificarse según distintos criterios y hay numerosos tipos: según el tipo de activo en el que invierten, según el tipo de mercado, según la clase de participación, según su liquidez, su naturaleza jurídica, etc. Lo más importante cuando se quiere invertir en un fondo de inversión es conocer la política de inversión del fondo, para así tener una visión objetiva de cuál es el que mejor se adapta a nuestras expectativas, perfil y objetivos de inversión.

 

No vamos a entrar a detallar todos los tipos de fondos de inversión que existen, pero sí hay una primera clasificación que debes conocer y que permite distinguir entre:

  • Fondos de inversión mobiliaria. Son instituciones de inversión colectiva que invierten en activos financieros.
  • Fondos de inversión inmobiliaria. Son instituciones de inversión colectiva que invierten fundamentalmente en inmuebles para su explotación en alquiler. Son fondos, en general, menos líquidos que los de naturaleza financiera.

 

A su vez, los fondos de inversión mobiliaria pueden ser de diferentes tipos:

  • ordinarios, que invierten mayoritariamente en renta fija, renta variable y/o derivados,
  • de fondos, que invierten mayoritariamente en otros fondos de inversión,
  • subordinados, que invierten en un único fondo de inversión,
  • índice, cuya política de inversión trata de replicar un determinado índice y
  • cotizados (ETF), cuya peculiaridad es que se negocian en las bolsas de valores, como las acciones.

 

Comisiones y gastos de los fondos de inversión

 

En la rentabilidad final, hay que tener en cuenta las comisiones y otros gastos que se repercuten por la gestión y contratación de los fondos de inversión. Las principales comisiones son las siguientes:

  • Comisiones de gestión y depósito: son las que cobran la gestora y el depositario, respectivamente. Estas comisiones son implícitas, es decir, ya están deducidas del valor liquidativo del fondo, puesto que se cargan directamente al fondo de inversión.
  • Comisiones de suscripción y reembolso: pueden ser a favor de la gestora o del propio fondo (en este caso se denomina descuento a favor del fondo). Son explícitas, es decir, se cargan al partícipe en el momento en que se realiza la suscripción o el reembolso, como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado y deduciéndose de éste.

 

Además de estas comisiones, existen otros gastos que también tienen repercusión en la rentabilidad final. Un concepto relevante que se encuentra en el folleto (DFI), es el de gastos totales soportados por el fondo o TER (expresados como un porcentaje sobre el patrimonio del fondo). Los gastos totales incluyen las comisiones de gestión y depósito, los servicios exteriores y otros gastos de explotación. Cuanto menor sea este porcentaje, en principio, mayor beneficio para los partícipes.

 

Cómo elegir el fondo de inversión adecuado

 

Cuando nos hemos decidido a invertir en un fondo de inversión, debemos tener en cuenta dos puntos clave:

  • Durante cuánto tiempo queremos mantener la inversión.
  • Qué nivel de riesgo queremos asumir.

 

Crear nuestra cartera de fondos puede no ser tan sencillo como esperamos. El binomio rentabilidad/riesgo es un elemento crítico a tener en cuenta en los fondos de inversión ya que, como en cualquier inversión, el riesgo y la rentabilidad se mueven en la misma dirección. ¿Qué significa esto? Pues simplemente que, si queremos pretender una alta rentabilidad, debemos estar dispuestos a asumir un mayor riesgo. Si lo que buscamos es asumir el menor riesgo posible, pues la rentabilidad también será baja.

 

Como siempre, recuerda que contar con la ayuda de un asesor financiero es la opción más recomendable en la gestión de nuestros ahorros. A partir de ahí, ya conoces todos los elementos principales alrededor de los que se mueven los fondos de inversión y tienes más herramientas para valorar la inversión y lograr una rentabilidad.

 

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