En un entorno económico cada vez más digitalizado y globalizado, proliferan numerosas entidades que ofrecen productos financieros prometiendo alta rentabilidad y condiciones ventajosas. Entre ellas, destacan los mencionados “chiringuitos financieros”, cuyo funcionamiento fraudulento pone en riesgo los ahorros de miles de personas cada año.
El término “chiringuito financiero” hace referencia a aquellas entidades o personas que ofrecen servicios de inversión sin estar autorizadas ni registradas en los organismos oficiales de supervisión, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o el Banco de España.
Estos operadores ilegales suelen presentarse como empresas serias o agentes financieros independientes, utilizando nombres comerciales sofisticados, páginas web profesionales e incluso documentación falsificada para aparentar legalidad. No obstante, al no estar sometidos a control alguno, carecen de garantías para los inversores y, en la mayoría de los casos, su objetivo es estafar a las víctimas.
¿Cómo funcionan los “chiringuitos financieros”?
El modus operandi de los chiringuitos financieros esta cuidadosamente diseñado para generar confianza en la víctima y facilitar la captación de fondos.
El primer paso es la captación, que logran por medio de llamadas telefónicas, correos electrónicos o anuncios en redes sociales con mensajes como “invierta sin riesgo y con alta rentabilidad garantizada”. También recurren a páginas web donde se publicitan como expertos en activos como criptomonedas, divisas o productos exóticos para fomentar la credibilidad.
En muchas ocasiones ofrecen acceso a plataformas falsas de inversión donde el cliente puede ver supuestas ganancias, incentivando así nuevas aportaciones de dinero.
Actualmente, la forma de captación más común es a través de redes sociales como Telegram, Tik-tok, whatsapp, telegram, Instagram, Facebook, etc., que han propiciado llegar a un público mucho más amplio.
El siguiente paso ocurre cuando el cliente intenta retirar su dinero. Le solicitan pagar comisiones desproporcionadas o “impuestos” con nuevas transferencias para recuperar lo invertido. Es decir, imponen obstáculos artificiales para retener el dinero el mayor tiempo posible o seguir extrayendo nuevas cantidades. Este argumento busca dotar de apariencia legal lo que en realidad es una táctica para obtener más dinero.
Cuando dicho reembolso no llega, comienza la tercera y última fase: una vez el cliente toma conciencia del fraude y deja de realizar nuevas transferencias, los delincuentes adoptan una nueva identidad o colaboran con terceros para continuar el fraude bajo otro disfraz.
Frecuentemente, la víctima es contactada por supuestos “despachos de abogados”, “empresas de recuperación de activos” o incluso falsas autoridades financieras extranjeras. Estas entidades se presentan como especializadas en la recuperación de inversiones fraudulentas, afirmando haber localizado los fondos del cliente o estar colaborando con organismos oficiales para su restitución. Su propósito es conseguir que la víctima pague más dinero para iniciar el proceso de recuperación. Se aprovecha de la vulnerabilidad de la víctima y vuelve a ser engañada.
¿Cuándo se debe sospechar de una oferta financiera?
Existen varios indicadores que pueden alertar sobre un posible fraude:
- Falta de transparencia: si la empresa no facilita información clara sobre su identidad, ubicación física, o no está registrada en organismos oficiales.
- Las entidades autorizadas nunca presionan al cliente para decidirse y entienden que el cliente necesita tiempo para expresar sus dudas y obtener respuesta a todas ellas.
- Las rentabilidades demasiado altas y supuestamente sin riesgo: este tipo de rentabilidades deben hacernos desconfiar de manera inmediata ya que a mayor rentabilidad hay mayor riesgo.
- Presión constante para más inversión: una vez que realizas una pequeña inversión inicial, te presionan constantemente para que inviertas más. Esta táctica busca que sigas entregando dinero, incrementando tus pérdidas.
- Llamadas y correos insistentes: emplean llamadas no solicitadas y correos electrónicos para presionar a las víctimas. Aunque digas que no estás interesado, siguen insistiendo, aumentando la presión para que inviertas más.
- Promociones falsas y bonos engañosos: te ofrecen bonos o pequeños beneficios que en realidad son inversiones realizadas por otros. Esto crea una falsa ilusión de éxito mientras sigues perdiendo dinero.
- Manipulación psicológica: utilizan técnicas de presión psicológica para hacerte sentir que debes seguir invirtiendo o pagar más para resolver problemas inventados.
- Cambios frecuentes en los datos de contacto: alteran regularmente su información de contacto para evitar que puedas rastrearlos y que las autoridades puedan localizarlos.
- Dificultades para recuperar el dinero: si ya se ha invertido y se imponen obstáculos para retirar fondos o se exigen pagos adicionales para acceder a las ganancias.
¿Cómo te puedes proteger ante estas amenazas?
Frente a la creciente popularización de este método de fraude la mejor defensa es la prevención. Los chiringuitos financieros se aprovechan principalmente del desconocimiento, la confianza excesiva y las promesas de rentabilidad irreales. Por ello, resulta imprescindible adoptar una actitud prudente, informada y crítica ante cualquier oferta de inversión.
- Verifica que la empresa o plataforma esté regulada por un organismo oficial (CNMV, Banco de España, la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, el organismo correspondiente de cada país, etc.).
- Identifica las peculiaridades de la operativa propuesta. Estos chiringuitos suelen exigir que el dinero se desembolse en una cuenta corriente a nombre de una sociedad extranjera, para productos financieros complejos y a menudo desconocidos y se muestran reacios a proporcionar informacion actualizada y a responder a las preguntas del inversor.
- Exige que te proporcionen respuestas claras. A diferencia de las entidades autorizadas, que fomentan la transparencia y resuelven dudas, los chiringuitos financieros buscan confundir al cliente y generar una falsa confianza para evitar que cuestione sus propuestas.
- Evita actuar bajo presión o urgencia y toma el tiempo necesario para investigar, comparar y consultar con profesionales independientes.
- Denuncia ante las autoridades en caso de haber sido víctima de un chiringuito financiero. Se puede acudir a:
- La CNMV (para advertencias y asesoramiento).
- Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
- La Agencia Española de Protección de Datos, en caso de que se hayan facilitado datos personales.
- El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
Es fundamental que mantengas una actitud cautelosa ante cualquier oferta de inversión que te parezca sospechosa. Si ya has sido víctima de la estafa de los chiringuitos financieros, cuanto antes se actúe, mayores serán las probabilidades de mitigar el daño y evitar que otras personas caigan en el fraude.