La economista Anna Schwartz (Nueva York, 1915-2012) desarrolló toda su carrera profesional en el National Bureau of Economic Research (NBER por sus siglas en inglés), una organización privada de investigación económica independiente, que, entre otros aspectos, a partir de un análisis riguroso de las estadísticas económicas, se ha distinguido por ser una de las principales referencias para el seguimiento de las distintas fases del ciclo económico.
No obstante, Anna Schwartz también ostentó otros cargos y responsabilidades, como la dirección de la U.S. Gold Commission (1981-1982), la presidencia de la la Western Economic Association (1988) o la del International Atlantic Economic Society (2002-2003). También fue profesora de la City University of New York y de la New York University.
Esta neoyorkina, de soltera Anna Jacobson, se graduó en el Barnard College y se doctoró en Económicas por la Universidad de Columbia en 1964. Su trabajo volvió a cobrar actualidad tras el estallido de la última crisis financiera.
A grandes rasgos, podemos señalar que los estudios de Anna Schwartz se centraron en la historia económica financiera y en temas bancarios, sobre todo en la moneda y su regulación, pero también en la medición de la producción de los bancos, los ciclos de negocios, el comportamiento de los tipos de interés, los préstamos internacionales, la deflación, la inflación, los sistemas monetarios y el papel de los gobiernos en la política monetaria.
Anna Schwartz y su investigación sobre el análisis estadístico financiero
La primera publicación de Schwartz fue “British Share Prices, 1811–1850”, junto a Arthur Gayer e Isaiah Finkelstein. La obra, que vio la luz en 1940 en The Review of Economics and Statistics, analiza minuciosamente la evolución de los precios de las acciones en el mercado británico a lo largo de la primera parte del siglo diecinueve, y nos pone sobre la pista de lo que fue una constante en toda la carrera de esta investigadora: el análisis estadístico financiero detallado en su contexto histórico.
Según Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, Anna Schwartz ha sido una de las académicas monetaristas más importantes de todos los tiempos.
Su trabajo estuvo vinculado al del economista Milton Friedman, galardonado con el Premio Nobel, y ha influido mucho en el impulso científico del estudio de la Economía, gracias a su uso riguroso del análisis estadístico para obtener conclusiones.
La obra que consolidó la reputación internacional de Anna Schwartz fue la que desarrolló junto a Milton Friedman, y que fue publicada en 1963, ‘Una historia monetaria de los Estados Unidos, 1867–1960’ (A Monetary History of the United States, 1867–1960).
Esta obra de referencia, en particular, y el binomio Friedman-Schwartz, en general, impulsaron los estudios monetarios como corriente contrapuesta a las tesis económicas predominantes durante las décadas posteriores a la II Guerra Mundial, las keynesianas.
A través del análisis de grandes cantidades de estadísticas históricas, ambos economistas concluyeron que la política monetaria (el control estable y constante de la oferta monetaria) era un factor crucial para una adecuada gestión económica, sobre todo para evitar fluctuaciones de importancia. También concluyeron que gran parte de la responsabilidad de La Gran Depresión (la Crisis del 29) la tuvo la Reserva Federal estadounidense.
Su proposición central venía a establecer que más gastos estatales, más déficits fiscales y una creciente deuda estatal a largo plazo sólo llevaban a una inflación mayor, no a más crecimiento de la actividad económica y del empleo. Schwartz y Friedman argumentaron que los mercados tienden a un centro estable, pero, cuando la oferta monetaria está mal equilibrada, se comportan erráticamente.
La teoría monetarista ganó adeptos y credibilidad en los años setenta, cuando la economía mundial sufrió estanflación (combinación de recesión y de inflación). En 1979 la inflación en Estados Unidos alcanzó el 20% y la Reserva Federal comenzó a actuar de acuerdo con la teoría monetarista.
Pese a que la versión más estricta del monetarismo perdió fuerza poco a poco al no poder explicar de forma efectiva la economía norteamericana, algunas de sus aportaciones han sido adoptadas por economistas de otras ramas.
Tras el estallido de la última crisis financiera, Anna Schwartz mantuvo una actitud crítica con el enfoque y las medidas adoptadas por el gobierno estadounidense en sus intervenciones en la economía y en sus apoyos al sistema financiero.
Sus investigaciones cobran actualidad porque inciden en el modo en que los gobiernos y las autoridades financieras han reaccionado ante la crisis, abriendo el grifo fiscal y acumulando déficit y deuda pública, decantándose por el lado keynesiano y no el monetarista del debate.