Pocos usuarios de servicios financieros ponen en duda en la actualidad que la educación financiera es necesaria para que los delicados engranajes del sistema financiero, incluso de nuestra sofisticada sociedad, funcionen adecuadamente. Un nivel óptimo de educación financiera redunda, antes que nada, en el interés de los propios usuarios, pero también en la estabilidad general de los mercados financieros.
Sin embargo, resulta llamativo, contemplado desde el presente, que las primeras iniciativas de la OCDE animando a proveer a la ciudadanía de estas competencias se difundieran en una época de bonanza económica y social, antes de una crisis financiera como la comenzada en 2008, que ha alterado profundamente la percepción general sobre la economía y las finanzas.
Por qué es necesaria la educación financiera
Pero tanto entonces como ahora es pertinente que nos planteemos por qué son precisos los programas de educación financiera. Según indicó en su artículo “La educación financiera: inventario de cuestiones planteadas” el Catedrático de Economía Aplicada José M. Domínguez Martínez (eXtoikos, 2015, nº 17), son tres, principalmente, las razones que justifican esta necesidad:
- la constatación de la insuficiencia generalizada de educación financiera entre la población;
- la complejidad de los mercados y productos financieros;
- la atribución de importantes ventajas individuales y sociales a la extensión de la cultura financiera entre la ciudadanía.
Acaso sea conveniente añadir que la toma de decisiones financieras por los ciudadanos de forma autónoma y responsable, partiendo, como es natural, de la lealtad y de la buena fe de los proveedores de servicios financieros y de la suficiencia de toda la información previa facilitada por estos, constituye un evidente ejercicio de su libertad, con efectos duraderos que se proyectarán, en ocasiones, a lo largo de todo su ciclo de vida (por ejemplo, pensemos en la firma de un préstamo hipotecario para la adquisición del hogar).
Conocimientos financieros para la vida real
Los programas de educación financiera no deben limitarse a facilitar a sus destinatarios conocimientos genéricos y estáticos. Al contrario, la institución que promueva las acciones de educación financiera, sea pública o privada, relacionada con la industria financiera o no, debe procurar que los contenidos se adapten al perfil y a las necesidades concretas de los beneficiarios de cada actividad, y cerciorarse de que estos conocimientos sean aptos para funcionar en la vida real, es decir, que permitan el desarrollo de competencias por los ciudadanos.
Al hilo de la anterior referencia a la industria financiera, no hay inconveniente en que las empresas que conforman el sector puedan diseñar programas e impartirlos, siempre, que, como es evidente, se separe la formación de las acciones comerciales. El “Código de Buenas Prácticas para las Iniciativas en Educación Financiera”, auspiciado, en el marco del Plan de Educación Financiera, por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Banco de España y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, expresamente contempla este principio básico.
El Proyecto Edufinet
En una fecha tan temprana como 2005, Unicaja -en aquella fecha una Caja de Ahorros- comenzó los trabajos internos que permitieron el inicio de la actividad del proyecto de educación financiera Edufinet en 2007, con el apoyo, primero, de la Universidad Internacional de Andalucía, y, posteriormente, de la Universidad de Málaga.
El lanzamiento de la página web de Edufinet en dicho año vino seguido por la publicación en 2008 de uno de los estandartes del Proyecto, la Guía Financiera, de la que en breve se publicará su sexta edición.
Cuando el proyecto comenzó su andadura, las perspectivas de que existiera un público en busca de estos contenidos formativos básicos no representaba ni mucho menos una certeza, razón por la cual se acogió con gran satisfacción por los promotores del proyecto y por sus colaboradores que Edufinet fuera la primera iniciativa española recogida en el “International Gateway for Financial Education” de la OCDE, a lo que posteriormente se habrían de añadir otros reconocimientos y galardones.
Hoy día, el Proyecto Edufinet se desarrolla en el ejercicio de su RSC por Unicaja Banco y la Fundación Bancaria Unicaja, junto a otras instituciones públicas y privadas y un grupo de personas de variada procedencia, entre los que se encuentran profesionales del sector bancario, de la empresa o de la enseñanza.
Se puede afirmar que Edufinet, además de un proyecto pionero, es una realidad consolidada. La página web principal, con sus dos subportales para jóvenes (Edufinext) y emprendedores y empresarios (Edufiemp), han recibido visitas de cerca de ocho millones de usuarios que han accedido desde unos 180 países. De las jornadas presenciales impartidas por voluntarios se han beneficiado unas 120.000 personas. Se han editado 12 publicaciones, con una tirada conjunta de 34.000 ejemplares. Del MOOC (“Massive Open Online Course”) denominado “Claves de educación financiera para la toma de decisiones” se han realizado tres ediciones.
A lo largo de 2018 se han sucedido diversas actuaciones extraordinarias para conmemorar el décimo aniversario del proyecto, que se han sumado a las actividades ordinarias de Edufinet.
Con el Congreso de Educación Financiera que se celebrará en Málaga en noviembre de 2018 se cerrará esta primera etapa de Edufinet, que iniciará su segunda década con un repaso de todo lo tratado y con la identificación de los nuevos retos cuya superación permitirá a este proyecto de educación financiera seguir ampliando sus horizontes y continuar siendo un punto de encuentro y de referencia.