La Economía Circular permite reducir la presión sobre el medio ambiente y los recursos naturales, mejorando la calidad del aire, suelo y agua, contribuyendo así a combatir el cambio climático. Además, abre nuevas oportunidades económicas, dado el surgimiento de nuevos modelos de negocio y el desarrollo de nuevos mercados dentro y fuera de la UE.
Como ya les adelantaba en el artículo Economía Circular: Hacia un nuevo modelo productivo, el Gobierno de España, a través de su Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), anunciaba como inminente la aprobación de la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, y se anunciaba, además, la puesta en marcha de todo un paquete normativo en esta materia, como la nueva Ley de Residuos.
Pues bien, la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), España Circular 2030, aprobada el mismo mes de junio de 2020, sienta ya las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible los que no se pueden evitar. La Estrategia contribuye así a los esfuerzos de España por lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.
La EEEC se alinea con los objetivos de los dos planes de acción de economía circular de la Unión Europea, “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” de 2015 y “Un nuevo Plan de Acción de Economía Circular para una Europa más limpia y competitiva” de 2020, además de con el Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
La Estrategia tiene una visión a largo plazo, España circular 2030, que será alcanzada a través de sucesivos planes de acción trienales por desarrollar, que permitirán incorporar los ajustes necesarios para culminar la transición en 2030.
Objetivos de la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC)
En este contexto, la Estrategia Española de Economía Circular establece unas orientaciones estratégicas a modo de decálogo y se marca una serie de objetivos cuantitativos (es muy importante comparar nuestro avance con respecto al resto de los estados miembros) a alcanzar para el año 2030:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.
- Reducir la generación de residuos un 15% respecto de lo generado en 2010.
- Reducir la generación residuos de alimentos en toda cadena alimentaria: 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir del año 2020.
- Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
La transversalidad de la Estrategia se canalizará a través de los tres ejes de la sostenibilidad –económico, social (incluyendo el enfoque del género) y ambiental– y sus objetivos se materializarán actuando a través de distintas políticas y de diferentes instrumentos normativos, financieros y fiscales, de I+D+i, y de sensibilización, formación y divulgación. En este sentido, las líneas principales de actuación sobre los que se focalizarán las políticas e instrumentos de la Estrategia de Economía Circular y sus correspondientes planes de actuación son ocho. Cinco de ellas relacionadas con el cierre del círculo: producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias, y reutilización del agua. Y las tres restantes, con carácter transversal: Sensibilización y participación, Investigación, innovación y competitividad, y Empleo y formación.
Economía circular y empresas, un binomio fundamental
En el proceso de implementación de la EEEC para la transición a este nuevo modelo económico, es fundamental el papel que deben jugar los agentes económicos y sociales. Por ello el “Plan de apoyo a la implementación de la Estrategia Española de Economía Circular y a la normativa de residuos” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, presentado el pasado 7 de octubre de 2020, se ha previsto la realización de inversiones en el sector empresarial, concretamente en proyectos que puedan enmarcarse en las principales líneas de actuación de la Estrategia.
Este Plan se configura como uno de los instrumentos fundamentales de planificación del MITERD para el despliegue de la economía circular en España. Este subcomponente está integrado por una serie de reformas e inversiones en el sector de los residuos, pero también respecto al fomento de la economía circular en el ámbito de la empresa.
Con el objetivo de impulsar de modo eficiente el despliegue de las medidas sobre economía circular en las empresas incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, el MITERD lanzó una consulta que finalizó el pasado 26 de febrero de 2021 para la formulación de expresiones de interés, con el objetivo de identificar el interés y el estado del mercado en torno a proyectos de economía circular en el ámbito de la empresa, así como los aspectos más relevantes de dichos proyectos y actuaciones. La información recopilada permitirá definir las líneas estratégicas de actuación en este ámbito.
Por último, el seguimiento y evaluación de la Estrategia se realizará a través de una serie de indicadores que coincidirán con los propuestos a nivel europeo, a los que se añaden las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas al ámbito de los residuos, por la relevancia de la Estrategia para alcanzar los objetivos de descarbonización.
En última instancia, estos indicadores medirán no solo el resultado de la aplicación de las políticas públicas que se desplieguen en la ejecución de esta estrategia, sino también la adopción de principios de “circularidad” por parte del sector productivo o la selección de productos y servicios considerando criterios de sostenibilidad por parte de los consumidores. En definitiva, servirán para valorar el comportamiento de toda la sociedad en su conjunto en su camino hacia una economía circular, sostenible y eficiente.
Gestión Responsable de los residuos en la Economía Circular. De las 3R´s al sistema Multi-R
El fin es moverse en la jerarquía del manejo de residuos, dejando atrás las prácticas de confinamiento y disposición final, y avanzando hacia la reducción de fuentes de generación de residuos. La clave principal es aprovechar los recursos y reutilizar los residuos para generar productos de bajo impacto ambiental y alto valor añadido.
En el marco de esta idea se desarrolla el conocido como “criterios multi-R”, una iniciativa de la “Estrategia Europa 2020 para el crecimiento y el empleo” que se puso en marcha en 2010 con el fin de crear las condiciones para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador de la UE. Podemos considerarlo como el paso evolutivo de la práctica de las “3R´s” (reciclar, reutilizar y reparar) a un concepto mucho más amplio, el de Economía Circular, que se extiende a bienes y servicios y a consumos de recursos, agua y energía, estableciendo una secuencia de actuación en atención a:
- Repensar: reflexionar sobre nuestras necesidades para adquirir solo los bienes necesarios, reduciendo de esta forma la cantidad total de residuos.
- Rediseñar: incorporar los principios del ecodiseño a los nuevos productos, para minimizar la demanda de material y energía y facilitar la reintroducción del producto en la cadena de procesado y tratamiento posterior.
- Refabricar: devolver los objetos usados a un estado similar al que presentaban cuando eran nuevos, de forma que puedan venderse otra vez.
- Reparar: arreglar algún producto para prolongar la vida útil del mismo, sustituyendo alguna pieza averiada o reponiendo algún componente agotado.
- Redistribuir: aprovechar el espacio ambiental, haciendo un reparto equilibrado del consumo, para que todos tengamos acceso a los recursos naturales.
- Reducir: tomar medidas de carácter preventivo, para disminuir la cantidad y peligrosidad de los residuos generados en los procesos productivos.
- Reutilizar: aumentar el uso de un producto o de sus componentes, después de su primer ciclo de vida y en los ciclos de vida posteriores, para reducir el uso de materias primas vírgenes en la fabricación de nuevos productos.
- Reciclar: separar los materiales y productos desechados por los usuarios e introducirlos en procesos industriales para su conversión en nueva materia prima.
- Recuperar la energía: transformar los residuos en alguna forma de energía, aprovechando el importante contenido calorífico de los mismos.
El sistema Multi-R pretende ayudar a alcanzar el objetivo de la no generación de residuos o “residuo cero”.
En este contexto, el concepto de residuo debería tender a desaparecer. No obstante, no siempre es posible evitar la generación de residuos, por lo que, estos deben ser considerados como una fuente de recursos y valor a través de su valorización.
Pero más allá de las buenas intenciones, este modelo implica la cooperación de toda la sociedad para no quedarse sólo en políticas sobre el papel que no lleguen a implantarse ni respetarse. Es para ello también necesario echar mano de una comunicación proactiva y directa que acerque la economía circular a todos.
El cambio climático, el impacto en el medioambiente, la escasez de recursos y la creciente demanda de materias primas son algunos motivos para avanzar en la Economía Circular. Para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, es deseable un modelo de economía más humano y más ecológico.