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Teletrabajo y desconexión digital. El futuro del trabajo

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Según el Monitor de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo de Adecco, la cifra de españoles que teletrabajan crece, alcanzando el 7,9% de ocupados, lo que supone más de 1,5 millones de personas

21 May 2020

4 Min de lectura

Como es sabido, dentro de las tareas que se realizan en el centro de trabajo son muchas las que pueden realizarse a distancia sin que sea necesario la presencia física del trabajador en su puesto.  Para  que  esto  pueda  llevarse  a  cabo  es  necesario  la  utilización  de  tecnologías  de  la  información y de la comunicación. 

 

Es  mucha  la  información  que  sobre  teletrabajo  podemos  encontrar  en  Internet:  formas  de  llevarlo a cabo, metodologías, aplicaciones o tecnologías más utilizadas, entre otras. Pero en este  artículo  vamos  a  centrarnos  en  varios  aspectos  que  van  un  poco  más  allá  de  la  implantación práctica del mismo. 

 

En primer lugar, y como marco de trabajo, es necesario saber en qué punto se encuentra la implantación del teletrabajo en la empresa en España. No fue hasta la modificación legislativa del artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores, por la Ley 3/2012 donde se recogió la figura del teletrabajo como trabajo a distancia. A partir de ahí, los distintos convenios colectivos de las  empresas  así  como  estudios  doctrinales  han  sido  los  mecanismos  para  orientar  a  las  empresas en la  articulación de los distintos temas que suscitan esta nueva forma de trabajo. 

 

Según  datos  de  2018  de  la  Oficina  Estadística  de  la  Unión  Europea,  Eurostat,  en  España  apenas un 4,3% de los trabajadores se conecta a distancia para desempeñar su trabajo, lo que conforma  unos  porcentajes  ligeramente  más  bajos  que  otros  países  europeos.  El  ranking  lo  encabeza los Países Bajos con un 14%, seguido de Finlandia (13,3%). España se encuentra al mismo nivel que, por ejemplo la República Checa (4%), Polonia (4,6%) o Reino Unido (4,4%), situándose la media europea en 5,2%. 

 

No obstante, según el Monitor de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo de Adecco, con datos posteriores a los de Eurostat, la cifra de españoles que teletrabajan crece, alcanzando el 7,9% de ocupados, lo que supone más de 1,5 millones de personas. Además, la proporción de teletrabajadores  ha  crecido  en  12  comunidades  autónomas  siendo  los  incrementos  más  significativos  a  Baleares  y  Cataluña,  alcanzando,  respectivamente,  el  9,1%  y  9,3%  de trabajadores.  

 

A tenor de los datos indicados podríamos decir que en nuestro país, aunque partimos de un escenario cercano a la media europea, la progresión del trabajo remoto ha ido en aumento.  

 

En  segundo  lugar,  el  teletrabajo  nos  plantea  otro  aspecto  a  considerar:  la  posibilidad  de  la  desconexión digital en el trabajo. Como tal, en España el uso de las nuevas tecnologías fuera del  horario  laboral  está  legislado  mediante  Ley  Orgánica  3/2018,  de  5  de  diciembre,  de  Protección  de  Datos  Personales  y  garantía  de  los  derechos  digitales.  No  obstante  deja  a criterio de las empresas la elaboración de una política de uso responsable de los dispositivos  que garantice el derecho de desconexión digital a aquellos empleados que teletrabajen.  

 

La transformación en la vida laboral que implica el teletrabajo trae consigo el planteamiento de  nuevas  interrogantes ‐que  no  se  dan  cuando  el  trabajo  se  realiza  en  unas  instalaciones  físicas‐ a las que hay que adaptarse. 

 

Por  último,  y  como  tercer  aspecto,  destacamos  la  evolución  y  futuro  del  teletrabajo  con  respecto a la conciliación laboral y familiar. El tándem productividad y conciliación familiar en un entorno como el teletrabajo es uno de los retos que se plantean en este nuevo escenario y que exigirá de soluciones que compatibilicen ambos aspectos. 

 

Según la Fundación Más Familia que elabora periódicamente el Libro Blanco del Teletrabajo el trabajo en remoto ayuda varias vertientes: por un lado aumenta la productividad y reduce los costes fijos de la empresa; por otro lado, facilita la movilidad de las ciudades y disminuye los  índices  de  contaminación;  por  último,  genera  más  motivación  al  trabajador  al  darle  la  posibilidad de elegir y, por ende, más facilidades para conciliar. 

 

Todavía queda un largo camino por recorrer e interrogantes por resolver. Posiblemente, esta nueva  tendencia  laboral  irá  consolidándose  poco  a  poco  hasta  convertirse  en  una  de  las  formas habituales de trabajo para el presente siglo. No obstante, y con toda probabilidad a la espera de datos oficiales, la situación sobrevenida por la propagación del coronavirus COVID‐19  ha  acelerado  el  uso  del  teletrabajo  por  las  empresas  españolas  entre  sus  trabajadores, haciendo su utilización más extensiva e intensiva.  

 

Esto, sin duda, creará un antes y un después en el uso y concepción que del trabajo remoto se ha tenido por parte de las empresas españolas y promueva, tal vez, que esta nueva cultura del trabajo arraigue en nuestro país. 

 

 

 

 

 

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