Cookies Cookies

Las cookies y su impacto en nuestra vida en Internet

Manuel Guillermo Portoles Morales

Ingeniero informático

Sobre mi

Graduado en Ingeniería Informática, intensificación en Ingeniería del software. Posee las certificaciones en seguridad de la información ISO27001 LI y Cobit 5 Fundation. Actualmente trabajando en el área de ciberseguridad en el sector financiero.

Las cookies que se instalan en nuestro navegador marcan el rastro que dejamos cuando nos movemos por Internet. Conocer qué son, cómo se regulan y cómo  decidir sobre ellas podemos aprenderlo en este artículo

26 Nov 2020

5 Min de lectura

El término cookie o galleta en inglés es la palabra con la que referenciamos a los elementos que se almacenan en nuestro ordenador cuando visitamos un sitio web y que en muchas ocasiones son necesarios para su correcto funcionamiento.

 

El origen de este término proviene de una derivación de una expresión informática en inglés, magic cookie, que se empleaba para designar al proceso de comprobación en el que el intercambio de paquetes entre equipos UNIX funcionaba correctamente, es decir, funcionaba si “se pasaban la galleta”.

 

Ahora, cuando pensamos en el término cookie nos viene a la cabeza aquellos cuentos infantiles en los que los protagonistas se veían obligados a dejar un camino de migas de pan para poder volver a casa, y efectivamente, las cookies y su impacto en nuestra vida en Internet se encuentra muy bien reflejado en esta analogía. Las cookies son el camino que hemos recorrido en nuestra navegación por páginas Web de Internet y, por tanto, nuestros antecedentes.

 

¿Para qué se crearon las cookies?

 

Las cookies nacieron respondiendo a una necesidad, la personalización. Aunque las aplicaciones de Internet son únicas, para una misma dirección web los usuarios visualizan el mismo contenido. Por ello, resulta necesario poder personalizar cada visualización para mejorar la experiencia de los usuarios. ¿Os imagináis que vuestro correo no pudiera recordar que queréis visitarlo en castellano? O bien, ¿que para cada consulta de vuestra red social favorita se os requiriera el usuario y contraseña? A estas necesidades dan respuestas las cookies, al guardar en el navegador información que facilitan al sitio web al hacer la consulta como, por ejemplo, el identificador de sesión que nos permite identificarnos ante una aplicación numerosas veces sin tener que autenticarnos cada vez.

 

¿Qué tipos de cookies hay?

 

Existen varias formas de clasificar las cookies, nos centraremos en dos de estas agrupaciones. En función del origen de las cookies se pueden agrupar en cookies propias (es decir, son propiedad del sitio en el que navegas) o de terceros (son propiedad de cuartas partes en las que el tercero delega). Según la necesidad a la que dan respuesta encontramos: técnicas (o necesarias para el funcionamiento del sitio Web), de personalización y de análisis de comportamiento, y marketing.

 

Si unimos las cookies de terceros y las de análisis de comportamiento y publicidad obtenemos un ecosistema en el que facilitamos a las empresas de ventas de servicios un historial de qué hemos hecho y de cómo lo hemos hecho en cada página web, o aquel camino de migas de pan que se menciona en la introducción de este artículo.

 

¿Son seguras las cookies?

 

Depende. No se puede afirmar que las cookies sean seguras ni inseguras pues cada página web gestiona a su manera sus cookies, esto es, cada web tiene la receta con la que hace sus galletas. Hemos dicho que las cookies son elementos mínimos de información que se guardan en el navegador de cada usuario y que cada web decide cómo generar. Por ejemplo, una web puede decidir que, para recordar si un usuario tiene abierta una sesión, dispondrá de una cookie llamada sesión que podrá estar inicializada a o no, pero quizás otra web decida guardar en la cookie el usuario y la contraseña para conocer si se encuentra la sesión iniciada.

 

Ahora bien: ¿qué pasaría si alguien leyera ese archivo? La seguridad de nuestras cookies se delega en el navegador y se establece que las cookies que fueron generadas en un sitio solo pueden ser leídas por ese sitio web y no por otros, pero si se compromete el navegador, por ende, se comprometen las cookies almacenadas.

 

¿Por qué ahora son tendencia?

 

Aunque las cookies están entre nosotros desde mediados de los años 90 y se encuentran reguladas en la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico, no ha sido hasta el desembarco del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y del borrador de la nueva directiva ePrivacy cuando los prestadores de servicios de Internet se han replanteado las finalidades para las que se hace uso de estas herramientas, ya que el RGPD obliga a que las legitimaciones de tratamientos de datos sean claras, individuales y afirmativas cuando proceda.

 

Actualmente, todo servicio web ha de facilitar al usuario un mecanismo para decidir qué cookies autoriza a generarse en su navegador y cada vez son más los usuarios celosos de su privacidad los que están oponiéndose al perfilado y al marketing de navegación.

 

¿Qué puedo hacer yo?

 

Una vez  explicado el concepto de cookies su la finalidad, te recomiendo las siguientes directrices:

  1. Piensa antes de aprobar la política de cookies de cada sitio web. Estos documentos aunque parezcan distintos suelen ser muy parecidos (técnicas/ personalización/ seguimiento/ marketing)
  2. Si un sitio web te genera poca confianza y necesitas visitarlo, utiliza el modo incógnito del navegador, ya que de esta forma no se generarán las cookies.
  3. Si has tomado la decisión de que no quieres que se genere algún tipo de cookies en ninguna de las webs de tu navegador, puedes configurar este para que las rechace por defecto.
  4. Elimina tu historial de navegación con frecuencia y siempre que navegues desde ordenadores compartidos.

 

Recuerda, las cookies no son malas, depende de nosotros decidir cómo queremos relacionarnos con ellas y, por tanto, que impacto tendrán en nuestra vida en Internet.

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