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La empresa familiar, motor económico del país

UniBlog

Las empresas familiares en España dan empleo a más de 6 millones de trabajadores

14 Jun 2019

7 Min de lectura

¿Sabes en qué pueden parecerse tu marca de moda favorita, el hotel de vacaciones de la playa, el supermercado de la esquina o la pequeña cafetería en la que has desayunado esta mañana? No busques una respuesta compleja: probablemente sean o comenzaron siendo lo que conocemos como empresa familiar.

 

En este artículo trataremos de acercarte información interesante relacionada el mundo de las empresas familiares, pero antes, para que nadie se pierda, hagamos una breve definición de empresa familiar.

 

Qué es una empresa familiar

 

Casi transcribiendo las definiciones de fuentes como Wikipedia, una empresa familiar es una organización de carácter comercial administrada, desarrollada y controlada por las personas que conforman una o varias familias. Se tratan de las tipologías de empresas más antiguas, originarias de la edad media, donde el oficio era traspasado de padres a hijos, y el comercio (antiguamente talleres), se encontraba en la propia vivienda.

 

Al inicio de este artículo nos preguntábamos en qué se parece una gran marca de moda a la cafetería en la que habíamos desayunado hoy y señalábamos que, probablemente, ambas sean empresas familiares, pero con perfiles muy distintos, con modelos de gestión completamente diferentes y con problemas en las antípodas en uno y otro caso. Y entre medias, miles y miles de negocios de origen familiar. Cada uno con sus circunstancias, sus fortalezas y sus debilidades.

 

A pesar de ello, todas estas empresas comparten (al menos cuando nacieron, en los casos en los que, con el tiempo, se transformaron en grandes corporaciones empresariales) los mismos valores y retos: el espíritu emprendedor, la cercanía, el liderazgo (entendido de diferente modo en cada caso, claro), el arraigo, el empleo, el esfuerzo por aumentar la facturación, el compromiso, la continuidad… Para los fundadores, sus negocios suelen ser algo más que su fuente de ingresos: son su vida y la vida de sus familias.

 

En párrafos anteriores quedan reflejadas las señas de identidad de ese núcleo económico y social que son las empresas familiares españolas (y de las que hablaremos en las próximas líneas). Detrás de ellas siempre hay unos nombres y apellidos de los fundadores o sus herederos, que idearon un negocio cercano, que echaron raíces en un entorno a base de sacrificio, que generaron puestos de trabajo, que buscaron la calidad, resultados económicos y éxito que les asegurase su continuidad y su hoja de ruta.

 

La empresa familiar en España

 

La empresa familiar en España constituye el motor de la economía. Hablar de estos negocios es referirse a miles y miles de sociedades (la mayoría diminutas), que componen el tejido productivo de nuestro país. En concreto, son más de 1,1 millones en España, la mayoría identificables en nuestro entorno cercano.

 

Bastan unas pocas cifras para justificar su importancia y sustentar la afirmación de que las empresas familiares españolas constituyen una de las principales bases de nuestra economía.

 

Las asociaciones que representan a las empresas familiares en España señalan el temor de este colectivo a solicitar crédito y argumentan que su propio patrimonio estaría en juego.  No obstante, cabe recordar que existe una amplia oferta en el mercado de microcréditos, préstamos para constitución de primeras empresas, líneas de financiación a través de convenios con organismos como el ICO, etc. Y es que, nunca ha habido una oferta financiera tan variada y ventajosa para los pequeños emprendedores como la que existe en estos momentos.

 

Para dar respuesta a sus fortalezas y debilidades, las empresas familiares y sus asociaciones están haciendo grandes esfuerzos en el campo de la formación para garantizar el éxito en la gestión. Las empresas familiares se están asociando, se están asesorando, están compartiendo experiencias. Están aprendiendo modelos de gobernanza y tratan de que las nuevas generaciones puedan tomar con garantía de éxito las riendas de los negocios.

 

Las empresas familiares españolas también se están abriendo a la sociedad. Están divulgando su trabajo y hacen proselitismo de su labor. Por ejemplo, para la empresa familiar en Castilla y León, han creado un proyecto para dar a conocer su actividad en los colegios, mostrando sus valores y enseñando a emprender. Unos 1.000 escolares de 18 escuelas oirán hablar en los próximos meses de empresas familiares. ¿Creando nuevas vocaciones? Seguro. También en esta región la Asociación Empresa Familiar concede todos los años unos galardones para reconocer y dar visibilidad a su labor.

 

Instituto de la empresa familiar

 

A nivel nacional, existe el Instituto de Empresa Familiar (IEF) que promueve la importancia de las empresas familiares como fuentes generadoras de empleo y riqueza. Gracias a su “informe Radiografía de la empresa familiar”, y a los datos extraídos del Barómetro Europeo de la Empresa Familiar (elaborado por KPMG), obtenemos algunos datos interesantes:

 

  • El 89% de las empresas de España son de origen y/o gestión familiar.
  • Generan el 67% del empleo privado; es decir, 6,6 millones de trabajadores cobran su nómina de ellas.
  • Originan el 57% del Producto Interior Bruto.
  • Tres de cada cuatro empresas familiares han incrementado la facturación en 2018
  • El 64% ha ampliado la plantilla este año

 

Estos datos, por sí mismos, podrían servir para ofrecernos unas perspectivas del valor y la función que realizan las empresas familiares, sosteniendo sobre sus hombros una buena parte de la generación de la riqueza nacional.

 

La sucesión en la empresa familiar

 

He aquí uno de los principales desafíos: la sucesión en la empresa familiar. En prensa hemos leído titulares como: “El 80% de las empresas familiares no llegan a la tercera generación”. “Sólo el 7% de las empresas familiares son gestionadas por la tercera generación”. “El 70% de las empresas familiares mueren en la transición de la primera a la segunda generación”.

 

El reto de la sucesión en empresas familiares es clave y, por ello, están preocupadas en planificar el relevo generacional, atrayendo a directivos no familiares, renovando a los seniors y garantizando la competencia del sucesor. En este sentido, instituciones como el BEI (Banco Europeo de Inversiones), a través de acuerdos con entidades financieras, promueven la continuidad de las empresas familiares apoyando el relevo generacional mediante fondos y líneas de financiación específicas para ello.

 

Esta preocupación por el relevo generacional en las empresas familiares va unida al esfuerzo constante por seguir siendo competitivas, mediante la profesionalización, la permanente innovación tecnológica e industrial, el incremento de dimensión, la internacionalización o el acceso a la financiación.

 

Empresa familiar, requisitos y fiscalidad

 

Para considerar una empresa familiar en términos de fiscalidad, es preciso que esta sea una Sociedad Limitada, Sociedad Anónima, o una agrupación de empresas donde una persona posea al menos un 5% de las acciones de ellas, o un 20% mínimo si la empresa pertenece a un grupo familiar.

 

Requisitos en las empresas familiares para conseguir ventajas fiscales

 

Para que puedan conseguir determinadas ventajas fiscales, es necesario que las empresas familiares cumplan los siguientes requisitos:

 

  • La empresa familiar debe no tener más del 50% como principal actividad la gestión de un patrimonio inmobiliario o mobiliario.
  • Si la empresa familiar la conforman un holding o grupo de empresas no debe tener más del 5% de las acciones.
  • El sujeto pasivo debe tener una participación por encima del 20% en el capital de la empresa. Además, este debe desplegar funciones de dirección en la organización y recibir más del 50% de remuneración respecto al total de sus rendimientos.
  • Cumpliendo dichos requerimientos, estas son las ventajas fiscales que una empresa familiar podría conseguir:
  • Exenciones en Comunidades Autónomas en el Impuesto Patrimonial donde no tengan bonificación al 100%.
  • Reducciones significativas en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

 

En definitiva: hay más de un millón de empresas familiares en nuestro país. Un millón de afanes cotidianos.  Un millón de desafíos. Un millón de historias dignas de elogio. Un millón de casos merecedores de un premio. Un millón de enseñanzas.

 

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