El emprendimiento en España es femenino. En la actualidad, uno de cada tres emprendedores de nuestro país es mujer y la cifra forma parte de una tendencia de crecimiento sostenido desde hace años que lleva cada día a más trabajadoras a optar por poner en marcha su propia iniciativa de negocio.
Así se desprende del último informe publicado por ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos) en marzo de este mismo año. Este documento proporciona una foto fija del mapa emprendedor nacional y señala que el número de mujeres trabajadoras por cuenta propia en nuestro país representa ya el 36.5% de todo el colectivo, superando ampliamente la cifra de 1.2 millones de personas.
El año pasado el régimen autónomo cerró con una bajada de 1.204 trabajadores. Sin embargo, el dato desagregado por géneros arroja otra realidad: en 2022 se dieron de alta en este régimen laboral más de 7.800 mujeres, mientras que el número de varones caía en 9.022.
Contra todo pronóstico, el emprendimiento femenino no desiste en su empeño y su iniciativa contribuye a paliar la acusada caída de trabajadores por cuenta propia que sufrió España en 2022.
En este sentido, las líneas de financiación abiertas por la Unión Europea facilitan los proyectos profesionales, especialmente a pymes y autónomos. Los fondos Next Generation, pensados para la recuperación del tejido empresarial tras el COVID19, ofrece instrumentos para reforzar la actividad emprendedora en el ámbito tecnológico (Kit Digital), la rehabilitación energética o la agricultura sostenible, entre muchos otros, de los que hablaremos más adelante en este mismo artículo.
Una década de crecimiento femenino sostenido
Hay que destacar que el fenómeno del emprendimiento femenino tuvo en Canarias y Baleares el mayor reflejo, mientras que otras siete comunidades autónomas no sólo no lograron sumar emprendedoras el pasado año, sino que vieron su número ligeramente reducido (entre un 0.3 y 1.8%): La Rioja, Castilla y León, Asturias y Aragón, Navarra y Extremadura.
Si ponemos el foco en las mujeres y su evolución empresarial durante la última década, el RETA (Régimen de Trabajadores Autónomos) ha sumado más de 301.000 trabajadores, de los que casi 170.000 con autónomas y 131.000 hombres. Durante este período de tiempo el impulso femenino a la actividad empresarial fue del 16,3% y el del colectivo masculino representó un 6,6%. Lo que implica que la tasa de crecimiento de las mujeres duplica a la de sus compañeros.
Por comunidades autónomas, el estudio de ATA destaca que el dinamismo se concentra en tres regiones desde hace 10 años: Canarias, Andalucía, Madrid y Baleares. Además, por este orden.
De vuelta al ámbito nacional, el informe elaborado por ATA analiza el trabajo autónomo de extranjeros, que va en continuo aumento en los últimos años. En diciembre de 2022, había 406.382 personas trabajadoras autónomas de fuera de nuestras fronteras cotizando al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en España; el 36,6% son mujeres (porcentaje similar al 36,5% en el conjunto del RETA), lo que en términos absolutos supone 153.970 autónomas extranjeras y 252.412 varones.
Y en este fenómeno la población foránea tiene mucho que decir. A diciembre de 2022, el número autónomos no nacionalizados era ligeramente superior a 406.000 y un 36.5% de ellos mujeres. Por orden, Extremadura, Galicia, , Canarias, Andalucía y Castilla León son las comunidades con mayor volumen de mujeres extranjeras al frente de una actividad o negocio.
Profesionales de los servicios y el comercio
¿Y qué sabemos de los sectores elegidos por ellas para emprender? Una de cada cuatro mujeres dadas de alta como autónomas, el 24,2%, se encuadra dentro del sector comercio, según los datos del ATA.
Ellas tienen más peso que sus compañeros varones en el comercio, hostelería, actividades profesionales, científicas y técnicas, actividades sanitarias, administrativas, educación, actividades financieras y de seguros, y actividades inmobiliarias.
Fondos Next Generation e iniciativa empresarial
El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España se ha estructurado en 10 políticas con capacidad para impulsar la actividad y el empleo y, por ende, la recuperación económica a corto plazo y contribuir a la transformación de la economía española hasta este año 2023.
Esas políticas palanca se articulan en 30 componentes que a su vez se dividen en 110 líneas de actuación y 102 reformas. El Fondo de la Unión Europea de Reconstrucción concede a España 140.000 millones de euros en ayudas no reembolsables o directas y préstamos reembolsables.
Estas líneas constituyen la oportunidad ideal para transformar los negocios y hacerlos más sólidos a largo plazo, en especial las iniciativas empresariales más pequeñas que requieren de ayuda económica para lograr un impulso.
Es evidente que el crecimiento del emprendimiento femenino es imparable, tal como demuestran los datos.
