Hay dos circunstancias que nos pueden hacer pensar que el emprendimiento en el sector agrario puede ser una buena alternativa de futuro.
- La primera de ellas es la imperiosa e ineludible necesidad de producir alimento suficiente y de calidad para abastecer a toda la población, a sabiendas del incremento esperado de la misma a nivel mundial en los próximos años.
- La segunda, la edad de los productores agrarios españoles que, según los últimos datos publicados y actualizados a abril de 2019 por el FEGA (Fondo Español de Garantía Agraria) dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, muestra que el 38,14 %, o lo que es lo mismo, 258.956 personas entre hombres y mujeres de los perceptores de ayudas directas de la Política Agraria Común en 2017 tenían más de 65 años.
El emprendimiento en el sector agrario es, además, una gran oportunidad para aquellas personas con inquietudes empresariales e inconformistas ante el empleo por cuenta ajena:
- Inquietudes empresariales, porque cada día es más imprescindible la rigurosa gestión empresarial de las explotaciones agrarias en la búsqueda de la eficiencia, de la correcta planificación financiera y de la incorporación de las nuevas tecnologías para aprovechar todas las ventajas que estas nos ofrecen.
- Inconformistas ante una situación positiva de empleo por cuenta ajena en España en la actividad de la agricultura y pesca, donde el desempleo en el último trimestre 2018 presentó, según información de los Servicios Públicos de Empleo, una variación interanual del menos 10,53% respecto del mismo trimestre de 2017 y del más 11,10% en los contratos formalizado.
Todo ello nos hace presagiar que, aventurarse a emprender en el sector agrario puede ser una gran oportunidad, aunque no ajena de dificultades, inconvenientes y vicisitudes varias, a pesar de la existencia de ayudas de distinta índole aportadas para ello por parte de las distintas administraciones públicas.
Motor dinamizador para evitar la despoblación rural
En España, las administraciones públicas, tanto la central como las autonómicas, son conscientes de la necesidad de incentivar el emprendimiento en el sector agrario para su mantenimiento futuro y como motor dinamizador para evitar el despoblamiento en las zonas rurales. Para ello, dedican un gran esfuerzo tanto económico como de apoyo operativo para incorporar jóvenes al sector y fomentar la creación e inversión en nuevas explotaciones agrarias. Sólo en el ejercicio 2018 se destinaron ayudas directas en España por valor de 228,49 millones de euros a jóvenes agricultores, inversiones para activos físicos e incentivos a la jubilación anticipada.
A pesar de todas las ayudas directas destinadas al apoyo del emprendimiento en el sector agrario, facilitando las inversiones necesarias y la incorporación de jóvenes al mismo, y el apoyo financiero mediante convenios con entidades financieras y administraciones públicas, la gran dificultad y el principal problema a la hora de emprender en el sector para aquellos que se quieren dedicar a gestionar una explotación agrícola sigue siendo el acceso a la tierra tanto por la poca disponibilidad como por su elevado coste.
Además, no podemos olvidar que el sector agrario está permitiendo, y va a seguir permitiendo, directamente, el emprendimiento a profesionales de otros sectores, fundamentalmente los relacionados con la tecnología y la comunicación aplicada a la agricultura.
Tecnología y comunicación aplicadas al sector agrario
Las mejoras necesarias en las explotaciones agrarias deben estar destinadas a la búsqueda del incremento de la productividad, su sostenibilidad futura y la eficiencia de las mismas y están directamente vinculadas al empleo y la aplicación de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, big data, drones, etc.
Por otro lado, los sectores relacionados con la comunicación, marketing y redes sociales aplicados al negocio agrario tienen el reto de incrementar la visibilidad del sector entre la población en general y transmitir a los usuarios información suficiente para que puedan tomar sus decisiones de compra adaptadas a sus hábitos de consumo.
Cada día es mayor la necesidad de los consumidores de conocer con detalle los productos que adquieren en cuanto a su origen o procedencia, el método de producción empleado y su huella de carbono, entre otros. Quizá estos ámbitos pueden ser nuevos nichos de emprendimiento profesional en el sector agrario, adicionales a los que le corresponden tradicionalmente.