Las conexiones USB de espacios públicos pueden ser una vía de entrada de aplicaciones maliciosas. ¡Ten precaución! Y es que vamos con el móvil a todos lados, dormimos a su lado, guardamos notas, recordatorios, citas, claves, fotos en él… Hemos generado tal dependencia que no podemos estar mucho tiempo sin comprobar las notificaciones, el correo, las redes sociales, etc. De ahí que uno de los momentos más angustiosos, es cuando nuestro dispositivo nos avisa de que está a punto de apagarse si no lo conectamos a una fuente de energía de forma inminente.

Muchas personas llegan a sentir ansiedad y pánico cuando el símbolo de batería llega al 20% y muestra el temido “batería baja”.  Este padecimiento ha sido acuñado como “síndrome de la batería baja” y muchos estudios indican que 9 de cada 10 usuarios han sentido este miedo al menos una vez. Ante tal situación, lo lógico es buscar una fuente de electricidad inmediata, para garantizar que nuestro dispositivo no se apague.  ¡Cuidado! Una acción tan inofensiva puede ser el comienzo del fin.

Para solucionar tan temido problema (batería baja), muchos sitios públicos como cafeterías, trenes, aeropuertos ponen a nuestra disposición puertos de carga USB de manera totalmente gratuita. Y justo en ese momento, podemos caer en la trampa ¿Dónde está el problema? Esas conexiones USB están accesibles para todo el mundo, también para los ciberdelincuentes.

Conexiones USB públicas: recomendaciones de seguridad

Las conexiones USB pueden ser modificadas para instalar aplicaciones maliciosas mientras cargamos nuestros dispositivos. Es una técnica conocida como Juice-Jacking, y permite instalar malware y copiar datos sensibles desde nuestro móvil como contraseñas o información personal a partir de la modificación de estos puertos. El funcionamiento de esta técnica es muy simple de comprender si se parte de la premisa del diseño de un puerto USB y su función, que no es solo dar carga, sino también permitir la transferencia de datos.

En estas fechas navideñas, en las que solemos viajar, tomar un avión, un tren, volver a casa, a nuestra familia y amigos, a esos reencuentros tan necesarios para recargarnos de energía positiva, a pesar de haber sido precavidos y haber cargado el móvil antes de salir, podríamos necesitar hacer uso de estos enchufes en algún lugar público ¿Que podemos hacer si nos encontramos en esta situación?

Aunque no es recomendable usar estas conexiones USB, por lo antes explicado, a veces no nos queda otra opción, en ese sentido podemos tomar ciertas medidas para garantizar la seguridad de nuestro dispositivo:

• Si ves un cable conectado al puerto, que podría parecer que alguien lo ha dejado así por un descuido, mejor no usarlo, puede haber sido dejado con toda la intencionalidad y tener un objetivo muy claro, acceder a tu dispositivo o extraer información de este. Utiliza tu propio cable.
• Asegúrate que al conectar tu dispositivo no se active la opción de transferencia de datos, solo debe estar activada la opción “Carga”.
• ¿Te salta un mensaje preguntando si tienes “confianza en ese dispositivo”? Siempre contesta no y ante esta situación te sugerimos desenchufar el dispositivo de ese puerto, es un comportamiento muy sospechoso.
• No aceptes ninguna solicitud de conexión, ni de envío de ficheros.
• Si puedes, intenta llevar contigo tu propia batería externa.
• Valora, si vas a viajar, adquirir un “preservativo USB”, son adaptadores que bloquean la transferencia de datos, pero sí permiten el paso de la corriente, ideales para no pasar sustos al usar puertos USB públicos.

Si sospechas que tu móvil pudiera haber sido comprometido, apágalo. Desde otro dispositivo de confianza cambia con urgencia tus contraseñas, comprueba el estado de tu cuenta bancaria, si notas algún movimiento sospechoso, ponte en contacto con tu banco y comenta lo que te ha sucedido, por si es necesario tomar alguna medida adicional.

¡Pon en práctica nuestros consejos, ojito con las conexiones USB de espacios públicos y viaja siempre ciberseguro! ¡Felices Fiestas!