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Certificados medioambientales, ¿qué son y para qué sirven?

María José Rueda Fernández

Licenciada en Psicología

Sobre mi

Licenciada en Psicología por la Universidad de Málaga. Máster en Dirección de RR.HH. por la Fundación Escuela de Negocios de Andalucía (ESNA) de Granada. Postgrado en Comunicación e Imagen, I+D y Calidad. Experta Europea en Responsabilidad Social Corporativa. Auditora interna de Sistemas de Gestión de Calidad y Medioambiente. Actualmente trabaja en el ámbito de la sostenibilidad en el sector financiero

Estas certificaciones se basan en la incorporación de criterios medioambientales en procesos de gestión productiva, empresarial y comercial

18 Jun 2019

7 Min de lectura

De manera progresiva, las empresas, independientemente de su actividad, tamaño o ubicación geográfica, tienen que cumplir con un mayor número de exigencias ambientales impuestas por la Administración, los clientes y la sociedad en general. Por ello, resulta imprescindible el uso de herramientas que integren el medioambiente en la gestión global de la empresa a través de, como veremos, los certificados medioambientales.

 

La certificación ecológica o ambiental es una acreditación otorgada por un organismo de evaluación que certifica que determinados productos, servicios, procesos, o sistemas de gestión se han llevado a cabo de manera respetuosa con el medioambiente y, en su caso, conforme a la normativa ambiental respectiva.

 

Esta certificación se basa en la incorporación de criterios medioambientales en los procesos de gestión productiva, empresarial y comercial, tales como la eficiencia energética, el empleo de energías renovables, la minimización de gases de efecto invernadero o la adecuada gestión de los residuos, entre otros.

 

Con este tipo de certificación se controla que los impactos ambientales de las actividades “acreditadas” no superen un determinado nivel o evolucionen para disminuir su impacto. El lograr una certificación ambiental garantiza que la empresa cumple con los estándares nacionales (o normas ambientales en los países que las tienen) y/o internacionales, y que ha realizado una evaluación integral de sus procesos y de su impacto con el medioambiente.

 

Muchos sistemas de certificación también utilizan el sello o etiqueta como una herramienta que ayuda al consumidor a reconocer los servicios o productos que se someten a certificaciones y que, por tanto, cumplen con los estándares y con los criterios respecto a los que se certifica.

 

Tipos de certificados medioambientales

 

Existen distintos tipos de certificaciones ambientales, la mayoría de carácter voluntario, conforme al sector productivo de que se trate. A efectos de este post vamos a tomar como base la clasificación la utilizada por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR), que divide a las mismas en seis grupos:

 

1) Gestión Ambiental Global.  Se  engloban aquellas certificaciones que acreditan que la empresa posee un sistema de gestión empresarial que en sus distintas etapas se desenvuelve con procedimientos que respetan al medio ambiente. Aquí encontramos al Sistemas de Gestión Ambiental ISO 14001 y la Verificación EMAS (Unión Europea).

 

2) Economía Circular. El modelo de la economía circular persigue invertir la pirámide actual de la gestión de residuos, maximizando las acciones de prevención y valorización de residuos (reutilización, reciclado o valorización energética). Aquí encontramos la certificación Residuo Cero, las Declaraciones ambientales de producto (DAP) conforme a la Norma Internacional ISO 14025, y la Certificación de Gestión del Ecodiseño ISO 14006, por ejemplo.

 

3) Cambio climático. En este grupo se sitúan la Verificación voluntaria de Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) según ISO 14064; la Huella de Carbono de productos, servicios, organizaciones y eventos según ISO 14067, y la Verificación Reglamentaria de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) según el Protocolo de Kioto, entre otras.

 

4) Gestión de recursos que acreditan la utilización, por parte de la empresa, de las distintas fuentes de energía de un modo sostenible. Se incluyen aquí el Sistema de Gestión de la Eficiencia Energética ISO 50001, la Verificación de la Huella Hídrica ISO 14046 y la evaluación de la conformidad de la ISO 37120 de Desarrollo sostenible en las ciudades.

 

5) Sector forestal. Acreditan que la empresa forestal o la materia prima utilizada por la misma -o ambas-, han sido gestionadas de un modo sostenible en lo ambiental. En este bloque destacamos el Sistema de Gestión Forestal Sostenible (o simplemente “certificación forestal”), la certificación de Cadena de Custodia de productos forestales, la de fijación de carbono forestal, y la de fijación de carbono forestal con beneficios sociales y ecosistémicos.

 

6) Otras industrias. Certificaciones Ambientales de Productos y Servicios. Se ubican aquí, entre otras, la Marca AISE sostenibilidad de detergentes,  la Gestión Minera Sostenible UNE 22480, la de Instalaciones de Tratamiento de Vehículos al final de su vida útil, la certificación de Turismo sostenible, la de Agro-alimentos, la de Centros de Recogida y Recuperación de Papel y Cartón UNE 134001 y la certificación de Sostenibilidad energética en Centros de Proceso de Datos CPD´s normas de la serie ISO 50600:2016 para completar las buenas prácticas sostenibles en CPDs, y las normas de la serie UNE-EN 16247:2012 en lo que se refiere a requisitos de auditorías energéticas aplicables a CPDs.

 

Por qué son útiles los certificados medioambientales

 

Implantar un sistema de gestión o certificado ambiental  por parte de una empresa puede responder a diversos motivos pero es indudable que ésta se posiciona como social y medioambientalmente responsable, se diferencia de su competencia, y refuerza, de manera positiva, su imagen ante clientes y consumidores.

 

Si la finalidad que persigue la empresa es mejorar la competitividad y reducir el riesgo de litigios y sanciones, puede significar el acceso a  aquellos mercados que exigen como requisito de admisión el cumplimiento de determinados estándares ambientales; o bien lograr un posicionamiento superior en el mercado de aquellos países donde se valora de forma muy positiva la “imagen verde” de la empresa, es decir, aquellas cuyos productos llegan al consumidor con el menor daño al ambiente y/o compensación de los perjuicios producidos.

 

Por otro lado, el logro de la certificación ambiental puede traer aparejada importantes ahorros de costes debido a la implementación de medidas concretas de uso eficiente de materias primas, productos y/o energía, o bien por la obtención de beneficios fiscales que algunas jurisdicciones brindan a las empresas que cumplen determinados requisitos de protección ambiental (ej. deducciones por inversión en equipos de energía renovable, o para la recuperación o tratamiento de residuos, etc.).

 

Finalmente, la implantación puede responder al cumplimiento de su política de responsabilidad social corporativa que contempla cuestiones medioambientales tales como: la gestión ambiental, la contaminación, la economía circular, el uso sostenible de los recursos, el cambio climático o reducción de las emisiones de gases, y por último, la protección de la biodiversidad. El gestionar todas estas cuestiones e integrarlas en la estrategia de la empresa hace que se incremente el nivel de confianza de los grupos de interés en la misma, reforzándose así la imagen de compromiso con el medioambiente.  

 

¿Cómo se logra una certificación medioambiental? ¿Quién las otorga?

 

Para lograr una certificación ambiental es necesario adecuar la empresa a una serie de parámetros especificados en las respectivas normas que, posteriormente, serán evaluados por los certificadores y verificadores.

 

El certificado lo otorga una entidad de certificación. Una de las características que debe cumplir un organismo de certificación o entidad certificadora es el ser independiente de la empresa, proceso, producto o servicio que se esté evaluando. En cualquier caso, estas entidades deben estar acreditadas por un organismo de acreditación europeo. En el caso de España, la entidad designada por el Gobierno, para operar como el único Organismo Nacional de Acreditación, en aplicación del Reglamento (CE) nº 765/2008 que regula el funcionamiento de la acreditación en Europa es la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).

 

Cada entidad certificadora posee sus propias metodologías, estándares y requisitos para el otorgamiento de los certificados medioambientales respectivos (de variada complejidad), que deben ser cumplidos por la empresa que quiera lograr la misma. Además de ello, la empresa debe afrontar los costes de gestión y de acceso a la certificación que varían significativamente conforme a la entidad certificadora elegida.

 

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