A tiempos revueltos, ganancia de pescadores. El refranero español acierta, una vez más. En situaciones anómalas siempre hay quien ve un resquicio idóneo para plantear un delito o una estafa. En los últimos tiempos la ciberdelincuencia no sólo no se ha detenido, sino que está más activa que nunca, dando forma a nuevos fraudes y ciberfraudes cuyo único objetivo es acceder a nuestra información personal o empresarial para usarla en su provecho.
Si hay una circunstancia excepcional, un motivo de preocupación o movilización social , esa será la forma que adopte quien pretende que hagas clic en un enlace malicioso o en que le prestes atención en una conversación telefónica. Los ciberestafadores, más que nadie, están al tanto de las búsquedas más comunes en Google o de las tendencias en redes sociales.
Por todo ello, debemos permanecer muy atentos a toda información que recibamos del exterior, incluso de personas conocidas, y por cualquiera de las vías posibles: mensajes de texto/sms o llamadas telefónicas, apps de mensajería (whatsapp, telegram, etc.), correos electrónicos y redes sociales.
En este momento excepcional que estamos viviendo, tenemos más tiempo libre que nunca y estamos sobreexpuestos a todo tipo de informaciones y estímulos, muchos de ellos online, y no es de extrañar que en este contexto proliferen las ciberamenazas. Para que te hagas una idea, hemos pasado de usar nuestro smartphone de una media de una hora al día a más de tres. El uso de whatsapp ha aumentado un 75%, el de Facebook un 50% y el de otras plataformas en torno a un 40%. Asimismo, el teléfono, las llamadas convencionales de voz, se han disparado, tanto en teléfonos fijos, como móviles.
Principales fraudes detectados
En cuestión de estafas la imaginación es el límite. En los últimos tiempos se han detectado nuevos fraudes sobre los que nos están alertando las autoridades.
- Hay que tener especial precaución con las llamadas o mensajes de supuestos equipos de soporte técnico, si nos piden que instalemos ciertas aplicaciones para nuestra comodidad o, incluso, para proteger nuestro equipo, porque lo que logran es hacerse con el control del mismo.
- Tradicionalmente las ofertas de trabajo falsas y de trabajos lucrativos desde casa ha sido un ‘gancho’ muy utilizado por los estafadores, como últimamente también lo son las campañas de donaciones.
- En el ámbito de las compras, ojo con el material que nos ofrecen a precios de ‘saldo’, o esa página web que nos ofrece el producto que ‘nadie tiene’, porque está agotado.
- Mucha precaución con los mensajes que recibes, presuntamente, de instituciones oficiales, administraciones públicas, entidades bancarias, etc. Comprueba bien que has realizado o tienes alguna gestión pendiente con dicha institución y, recuerda, esos mensajes son para cumplimentar trámites que tú previamente has iniciado aportando información, no volverán a reclamártela.
Contra el ciberfraude, sentido común, ante todo
El sentido común puede mantenernos alejados de muchos peligros. Sólo con aplicarlo podremos prevenir muchos engaños.
- Presta mucha atención a los mensajes que recibes, sobre todo aquellos que sean “urgentes” o “confidenciales” y no abras aquellos que te parezcan sospechosos.
- Revisa con atención los enlaces y la dirección URL que recibas, incluso en las cadenas de mensajes. Ante cualquier mínima duda, acude directamente a la fuente oficial y confirma la información que estás recibiendo.
- Nunca ofrezcas contraseñas y claves a terceros solicitadas a través de mail, medios electrónicos o incluso por teléfono.
- Los dominios más conocidos son los que acaban en .es, .com ó .org; las páginas seguras empiezan por https y usan el icono del candado. Tenlo en cuenta y presta mucha atención al contenido que recibas de páginas que no presenten ambas características.
- La redacción de un mensaje nos dice mucho de su autenticidad. Si la traducción es muy burda o automática, si tiene faltas gramaticales y de ortografía y si el mensaje no está personalizado, sospecha de su veracidad.
- Usa un antivirus y mantenlo actualizado.
- Una buena contraseña, difícil de deducir, es la mejor salvaguarda que podemos tener. Usa mayúsculas, números, caracteres especiales y procura que tenga, como mínimo, ocho caracteres. No emplees palabras comunes o nombres propios, menos el tuyo o el de tu familia próxima.
- Asimismo, procura anotar tus contraseñas en un lugar de difícil acceso, no uses la misma para todo y modifica tus contraseñas periódicamente.
Recuerda que hay organismos especializados en el asesoramiento en ciberseguridad a particulares y empresas como INCIBE o la Oficina de Seguridad del Internauta donde podrás informarte más y mejor y, si has sido víctima de uno de estos ciberfraudes, te indicarán cómo proceder.