Las vacaciones representan un período de salida de la rutina, que se presta al ocio y al descubrimiento de rincones inexplorados, no siempre excesivamente alejados en el espacio.
Esta búsqueda de desconexión con lo cotidiano no es incompatible con un posible acercamiento a lugares, parajes y edificios cargados de significación económica y financiera, que unas veces se puede manifestar de manera espontánea y, en otras ocasiones, puede requerir disponer de algunas nociones más técnicas, aunque sean básicas.
En realidad, toda manifestación física o ideal de la acción humana nos permite identificar, de uno u otro modo, implicaciones económicas y financieras, aunque este influjo es más intenso, desde luego, en algunos lugares, por los que han desfilado determinados personajes, han ocurrido ciertos hechos o un cuerpo teórico ha sido formulado o aplicado.
En este artículo vamos a identificar 10 posibles destinos turísticos que probablemente no justifiquen acudir a ellos, en exclusiva, para conocer sus connotaciones de naturaleza económico-financiera, aunque estar al tanto de estos aspectos puede permitir al viajero una contemplación y una experiencia alternativa o complementaria y, eventualmente, más enriquecedora.
1. Turquía: antiguo reino de Lidia
Turquía quizás nos evoque la grandeza del Imperio Bizantino, con la imponente basílica de Santa Sofía, el paso del Bósforo y el Cuerno de Oro, o los paisajes de la Capadocia. Sin embargo, si traemos este país a colación es porque el reino de Lidia, situado en el oeste de la península de Anatolia, territorio que sería ocupado parcialmente, más adelante, por la cultura helénica y sus “polis”, acuñó las primeras monedas de electro (aleación natural de oro y plata).
El primer billete de banco apareció bastantes siglos más tarde en Ámsterdam, en 1656, y los primeros billetes oficiales se emitieron en 1694 por el Banco de Inglaterra. China, no obstante, comenzó a emplear dinero mucho antes: Kenneth S. Rogoff, en “La maldición del dinero” (2016), da cuenta de que la impresión en madera ya era conocida en la época de la dinastía Tang en el siglo VII, y un proceso de impresión de tipo cerámico móvil se empleó durante la dinastía Song en el siglo XI, mucho antes de que Gutenberg produjera su primera biblia en 1455.
2. Italia: ciudad de Venecia
De Venecia retendrá el viajero la belleza de la Basílica de San Marcos, del Palacio Ducal o del Puente de los Suspiros, y las resonancias de las aventuras de Casanova o de la música de Vivaldi, pero también allí se forjó la que durante siglos fue la mayor potencia naval y comercial de Europa, alcanzado su apogeo en la Edad Media. Célebres son, igualmente, el Puente de Rialto y el mercado en torno al mismo, establecido hace varios cientos de años.
En “Allegro ma non troppo” (1988), el historiador económico italiano Carlo M. Cipolla se refiere a las Cruzadas y a la apertura del comercio europeo con Oriente. Fue en esos años, en el siglo XI, cuando la Venecia que conocemos comenzó a adquirir su actual forma; dado que en los pantanos donde se refugió la población no se podía arar, ni sembrar ni vendimiar, los venecianos debieron dedicarse, forzosamente, al comercio, que vino acompañado por una intensa actividad crediticia, reflejada en “El mercader de Venecia”, de William Shakespeare. Solamente con la apertura del comercio con Asia a través de América y de África, coincidiendo con el dominio turco del Mediterráneo, comenzará el lento declive de Venecia.
3. España: ciudad de Salamanca
De una ciudad como Salamanca nos quedaremos con su impresionante arquitectura, con su Universidad, la más antigua de España, fundada en 1218 por el rey Alfonso IX, y con el inconmensurable caudal de conocimiento acumulado desde entonces. Sin embargo, conviene recordar que los doctores de la Escuela de Salamanca sentaron las bases del pensamiento económico moderno que se desarrollaría siglos más tarde en la Escocia de la Ilustración por autores como, por ejemplo, Adam Smith. El mismo Joseph Schumpeter puso de relieve esta conexión, un tanto olvidada o, directamente, no admitida, durante demasiado tiempo.
4. Escocia: ciudad de Edimburgo
Escocia suele recordarse por el Muro de Adriano -cuya construcción fue ordenada por este emperador nacido en Hispania para separar la parte de la isla bajo control romano de los irreductibles pictos del norte (todavía se discute si el propósito del Muro era defensivo o de control del tránsito de mercancías)-, por sus “Tierras Altas” (“Highlands”) o por el monstruo del Lago Ness.
Sin embargo, en el siglo XVIII se produjo una extraordinaria explosión cultural e intelectual que aglutinó a algunos de los pensadores que marcaron lo que sería la economía tal y como la conocemos en la actualidad. Entre ellos podemos incluir a John Law, que sirvió a la monarquía de Francia y originó una burbuja especulativa en torno a la conocida como la “Compañía del Mississippi”, pero también a Adam Smith, profesor de ética y padre de la economía moderna, en cuya obra “La riqueza de las naciones”, publicada en 1776, se teoriza sobre la especialización de los países en la producción de determinados bienes, el trabajo, el capital, la moneda, la concurrencia de la oferta y la demanda y la formación de los precios… Su “mano invisible”, bien entrado el siglo XXI, sigue estando bien presente en las discusiones económicas.
5. España: Palacio de la Bolsa de Madrid
El siglo XIX español fue un siglo convulso, iniciado con una alianza con Francia que vino seguida por la invasión por este país y por el inicio de la Guerra de la Independencia pintada en toda su crudeza por Goya, y, posteriormente, caracterizado por una permanente alternancia en el poder entre conservadores y liberales a golpe de pronunciamientos militares, hasta que se alcanzó una cierta estabilidad en el último tercio del siglo, gracias, entre otros, a políticos de la talla del malagueño Cánovas del Castillo.
Curiosamente, en 1831, en los años finales de la conocida como la “Década Ominosa” (1823-1833), se creó la Bolsa de Madrid, una de las instituciones financieras más antiguas de España. Su impulsor fue el Ministro de Hacienda, Luis López Ballesteros, aunque el redactor de la Ley por la que se constituyó fue el jurista Pedro Sáinz de Andino (redactor, asimismo, del Código de Comercio de 1829, parcialmente vigente hasta 2003).
La Reina Regente María Cristina inauguró en 1893 la actual sede de la plaza de la Lealtad, muy cerca del museo de El Prado, aunque la negociación electrónica de los valores ha privado a las Bolsas modernas de la efervescencia propia de este tipo de edificios en una época no muy alejada en el tiempo.
6. Inglaterra: Museo Británico de Londres
Si en Inglaterra comenzó la Revolución Industrial a finales del siglo XVIII, también fue en este país donde se formuló su contrapunto teórico por Marx con el impagable apoyo de Engels, como mostraremos enseguida. Pensar en Londres nos conduce a rememorar el interminable proceso de salida británica de la Unión Europea, con todas sus implicaciones culturales, sociales, económicas, financieras y políticas, pero también a visualizar la plaza de Trafalgar, el “Big Ben”, la Torre de Londres o el Museo Británico.
En el Museo Británico se encuentran, entre otras joyas, la Piedra Rosetta y buena parte del friso del Partenón ateniense de Fidias, que es objeto de periódica e infructuosa reclamación por las autoridades helenas.
Karl Marx escribió la parte más relevante de su obra, incluido “El capital”, en Londres. Fue precisamente en la sala de lectura del Museo Británico donde pasó incontables horas consultando los ejemplares integrantes de la Biblioteca Británica (“British Library”), que le permitieron bosquejar, primero en su cabeza, después negro sobre blanco, una de las teorías políticas, económicas y sociales más relevantes y controvertidas de los últimos siglos.
7. Estados Unidos: Wall Street, Nueva York
Si hasta el momento hemos sido capaces de separar la parte turística e histórica de la económica o financiera de diversas ciudades o áreas geográficas, acaso esta disección un tanto artificiosa sea más difícil de ejecutar respecto de una ciudad como Nueva York, el corazón financiero del planeta, en la que la Estatua de la Libertad, el hueco dejado por las Torres Gemelas y la propia esencia del capitalismo encarnada por Wall Street, la bolsa de valores neoyorquina y los rascacielos de las entidades financieras y otras corporaciones se superponen y se confunden.
Movimientos recientes, generados “desde fuera”, como “Ocuppy Wall Street”, o “desde dentro”, como la reciente declaración de la gran industria norteamericana para dar respuesta, además de a los accionistas, a las pretensiones de otros grupos de interés, muestran la necesidad de integrar lo financiero con lo no financiero, lo que representa un regreso a los postulados del primer teórico del capitalismo, al que nos hemos referido anteriormente.
8. Suiza: Davos
Davos nos viene a la memoria por sus impresionantes vistas, en pleno corazón de los Alpes. También por ser el lugar que inspiró “La montaña mágica”, de Thomas Mann.
Desde comienzos de los años 90 del pasado siglo, este extraordinario entorno natural es conocido, más bien, por ser la sede en la que se desarrollan las reuniones anuales del Foro Económico Mundial (“World Economic Forum”), donde, por rigurosa invitación, se reúnen los líderes políticos y empresariales, y algunos periodistas e intelectuales, para discutir acerca de los mayores problemas del planeta y las posibles líneas de actuación para su superación. El carácter parcialmente secreto y, en cierto modo, elitista de las reuniones, genera un aura de misterio, de la que, en ocasiones, resultan ciertas resonancias conspiratorias.
9. Estados Unidos (California): Silicon Valley, San Francisco
La identificación de California con la meca del cine, Hollywood, y con el buen clima, es inevitable. Muchos otros territorios del planeta tratan de competir, con éxito limitado, con este enclave privilegiado. 600 kilómetros al norte de Los Ángeles encontramos San Francisco, y, en este territorio, Silicon Valley, que es el centro mundial del emprendimiento y de la actividad empresarial asociados a las nuevas tecnologías. Algunas de las empresas con mayor capitalización y capacidad para generar beneficios del planeta han visto la luz en este entorno.
Al calor del imparable proceso de transformación digital, impulsado por ellas mismas, las empresas tecnológicas han renovado determinados paradigmas bien asentados durante décadas en relación con el modo de organizar la estructura empresarial, el desarrollo de la actividad comercial y la relación con los clientes, integrantes de una nueva generación más interesada en vivir experiencias antes que en limitarse a consumir bienes y servicios.
Algunas de estas empresas han ido un paso más allá y se han adentrado en la prestación de servicios financieros. El próximo lanzamiento de Libra por Facebook podría revolucionar todavía más el papel de estas empresas, en detrimento del sistema financiero tradicional, incluso de los bancos centrales.
10. Suecia: Real Academia de las Ciencias de Estocolmo
Este viaje imaginado por 10 destinos turísticos relacionados con la economía y las finanzas concluye en Estocolmo, lugar de entrega, desde 1969, del Premio Nobel de Economía. No se trata, por tanto, de uno de los premios instaurados por Alfred Nobel, aunque se administra por su Fundación, a pesar de haber sido establecido por el Banco de Suecia, el banco central más antiguo.
Además del prestigio que este premio otorga a los galardonados, las líneas de investigación seguidas por estos adquieren un especial relieve. Por ejemplo, en los últimos años, este reconocimiento se ha otorgado a Richard Thaler, por su estudio de la economía conductual, a William Nordhaus y a Paul Romer, por, respectivamente, el análisis del impacto del cambio climático y de la innovación tecnológica en el análisis económico, y a Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer, por sus investigaciones sobre la mitigación de la pobreza.